Casacas rojas: una profesión de vocación y servicio en emergencias a nivel nacional
Los casacas rojas han atendido decenas de emergencias a escala nacional en los últimos días. Es una profesión que requiere de mucha vocación y sentido de servir a la comunidad.
Lo primero que cualquier persona pensaría si es que se encuentra frente a un incendio es ¡correr! huir de ahí tan rápido como sea posible. Cualquier persona, en ocasiones, incluso, hasta ellos, los propios bomberos.
La diferencia entre los casacas rojas y el resto de la gente es que ellos, en realidad, no están huyendo. A veces, su retiro es parte de la batalla, de entender que, en ese momento, el fuego está ganando, así que hay que moverse y buscar otro flanco para atacar. El país los ha visto, en estos días, arriesgando sus vidas en varios escenarios.
Y no se refiere solamente a lo obvio, a arriesgar la vida en cada incendio, sino a todo lo demás. A las rutinas, a los afectos, a lo que ponen en riesgo cuando la emergencia llega y los obliga a dejar todo.
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Las lluvias que llegaron a la capital luego de 48 días de sequía podrían representar un nuevo riesgo para la población debido a la fragilidad del suelo después de los incendios forestales. 💻 https://t.co/BugipXUztm pic.twitter.com/HdCtkVCYc8
— Ecuavisa Noticias (@EcuavisaInforma) September 28, 2024
Carlos Salazar, jefe división forestal del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.
Y en esta temporada, en la que los incendios no dan descanso, él confiesa que la negociación con su familia se pone más intensa. Medio en serio, medio en broma, ahonda un poquito en eso de “los riesgos de la profesión”
En el caso de Carlos, lo de apagar incendios no es su profesión, es su pasión. En su vida diaria es empresario. Lo que ocurre, es que en el Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, existe la figura de “bombero voluntario”, es decir, personal entrenado, capacitado, pero sin sueldo, solo por vocación.
Y se va a salvar vidas, tras cada una de las figuras uniformadas que aparecen para ayudar cuando hay un incendio, existe una historia personal, una familia esperando, un sacrificio tomado voluntariamente para ayudar a los demás y además un entrenamiento riguroso que les permite enfrentarse al fuego y, casi siempre, volver a casa.
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