21 may 2022 , 19:18

Tania Tinoco: su pasión, el periodismo; su legado, la nobleza

Tania acompañó a los televidentes de Ecuavisa durante más de 38 años

   

Tania Tinoco tenía un talento particular para encontrar las palabras precisas. Ese fue su sello desde muy niña, cuando en el colegio La Inmaculada de Guayaquil, a donde llegó desde su natal Machala, era la escogida para pronunciar los discursos en los actos oficiales de la institución.

De sus padres heredó su gusto por el estudio y las letras. Del Dr. Colón Tinoco Pineda su pasión por las causas justas y la verdad; y de su madre, doña Enma Márquez de Tinoco, su determinación para alcanzar sus metas y la sensibilidad para servir y ayudar a quien lo necesite.

Llegó a Ecuavisa para hacer de su vocación, su vida. Con 19 años empezó haciendo prácticas en el archivo de Televistazo y pronto su jovialidad, su capacidad de trabajo y su talento la llevaron a ser redactora del informativo.

Después pasó a ser reportera en los noticieros estelares y presentadora de Telemundo, junto a quien ella consideraba su padre profesional: el recordado Alberto Borges, conocido como el 'Gallo del Cerro'.

Incluso le tocó anunciar al público la repentina muerte de su querido Alberto y lo hizo con entereza, con las palabras precisas y el dolor en el corazón.

El país conoció en las pantallas de Ecuavisa a la reportera intrépida, capaz de llegar a los lugares más difíciles, en circunstancias de peligro, en el momento justo, para contar historias relevantes como el sepelio de Pablo Escobar Gaviria; o en la invasión de Estados Unidos a Panamá.

El público pudo ver también a la entrevistadora profunda, responsable, inteligente que sabía el valor de una pregunta en el momento preciso y que no retrocedía ante el cinismo o la manipulación.

En la década del noventa recorrió América Latina entrevistando a casi todos los presidentes y líderes en diversos países.

Pasó a ser la directora de Telemundo y se convirtió en la cara y la voz firme y amable con la que los ecuatorianos terminaban sus noches durante varias décadas.

Colaboró en todos los especiales que Televistazo desarrolló a lo largo de varias décadas. Se convirtió en la maestra, inspiración y ejemplo de varias generaciones de comunicadores.

Empezó y sostuvo programas como Visión 360. Luego, en la pandemia, se quedó para informar y orientar a los ecuatorianos sorteando el peligro de su propia vida.

El periodismo era su forma de vivir. Su familia de origen: sus padres y su hermanos los que le dieron la fuerza y le enseñaron a amar; hasta que encontró su cielo junto a su esposo, el empresario suizo Bruce Hardeman y trazó su futuro más luminoso en la vida de sus hijos Tommy y Amelia.

Su casa era un refugio de paz y alegría, nadie que tuviera la suerte de ser su amigo podría sentirse solo y quedarse en la obscuridad.

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