Los Siekopai temen que la pandemia cause la extinción de su cultura.
La nacionalidad indígena Siekopai, en Sucumbíos, pidió este lunes protección urgente al Gobierno tras 16 casos confirmados por el COVID-19 en la comunidad y la falta de un plan de contención del Ministerio de Salud.
Hasta el momento, han fallecido dos personas adultas de la nacionalidad con síntomas relacionados con el coronavirus: el primer deceso se registró el 14 de abril, lo que encendió las alarmas de la comunidad, que alertó entonces a las autoridades.
Tras registrarse el primer deceso de un mayor de la comunidad y síntomas compatibles con el virus, varios miembros de la nacionalidad, conformada por poco más de 700 integrantes, se adentraron en la selva con los abuelos para evitar una propagación de la enfermedad.
El presidente de la nacionalidad Siekopai, Justino Piaguaje, aseguró que el pueblo transfronterizo entre Ecuador y Perú, vive "momentos complicados" por la falta de pruebas de detección del coronavirus, así como protocolos de prevención que ayuden a disminuir la propagación de la enfermedad.
"No podemos estar excluidos de la atención médica, exigimos pruebas rápidas para establecer cuantas personas están contagiadas", manifestó el dirigente al denunciar que no se han hecho cercos epidemiológicos, ni socializado del virus con esta nacionalidad.
Los indígenas buscaron el apoyo de organizaciones aliadas para conseguir 50 pruebas rápidas con las que pudieron identificar catorce positivos y una prueba posterior PCR elevó esa cifra a 16.
Sin embargo, advierten que miembros de otras nacionalidades también podrían estar contagiados.
La coordinadora legal de Amazon Frontlines, María Espinosa, urgió al Ministerio de Salud a la realización de pruebas masivas en todas las comunidades indígenas de esa región selvática, después de conocerse que "a mediados de marzo hubo una fiesta con varias nacionalidades".
En la primera semana de abril miembros de la comunidad Siekopai empezaron a tener síntomas del virus y acudieron al centro de salud de Tarapoa, en el cantón Cuyabeno, donde se había registrado el primer caso de COVID-19 en la provincia.
"En ese momento, el Ministerio de Salud dio tratamiento a estos casos como problemas respiratorios y no se realizó un proceso de verificación", puntualizó Espinosa.
De acuerdo a una denuncia de la nacionalidad Siekopai, "personal del Distrito de Salud Cuyabeno tomó contacto con dirigentes de la nacionalidad, indicando que no tienen elementos de sospecha para pensar en casos COVID-19 y, por ello, no se han administrado procesos de testeo rápidos y PCR".
Los indígenas piden también ayuda alimentaria acorde a sus costumbres, pues las actividades de cacería o pesca se han visto restringidas por la presión de terceros y la contaminación de las fuentes de agua, además de las restricciones de movilidad que les impiden realizar actividades de sustento económico.
Pese a que las autoridades habían comprometido una ayuda alimentaria para paliar esta situación, la nacionalidad indígena denunció asimismo que esta no ha llegado.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Comisión de Derechos Económicos Sociales y Culturales expresaron su preocupación por la falta de garantías en la salud del pueblo indígena Siekopai ante el contagio de COVID-19.
"Según información pública, casos positivos suponen grave riesgo para pervivencia de una comunidad de 744 personas", reza un mensaje de sendas comisiones en Twitter.
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