Migrantes entre ecuatorianos y nicaragüenses pidieron asilo en Estados Unidos, luego de ser liberados de un secuestro a manos de grupos armados.
Después de meses de recorrido, 1.500 migrantes que conformaban una caravana llegaron este lunes, 12 de diciembre, al norte de México para entregarse a las autoridades de la patrulla fronteriza y solicitar asilo político en Estados Unidos. En su travesía, fueron secuestrados en el norteño estado de Durango, por grupos de la delincuencia organizada.
Camiones que venía de la Ciudad de México entregaron a los refugiados a miembros del crimen organizado. Estaban hacinados en una casa, en esa entidad, donde les pedían dinero para su liberación.
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Agentes de la Guardia Nacional hicieron un operativo, donde fueron liberados y posteriormente fueron escoltados los migrantes para que llegaran hasta su destino la fronteriza Ciudad Juárez, donde cruzaron en masa el Río Bravo.
"Se nos solicitó apoyar, recibimos a grupos familiares, dentro del centro integrador damos vinculación laboral, todos los que ingresan pueden tener un empleo formal. Ahorita llegan tres camiones, con 600 personas. Son familias principalmente de Ecuador y Nicaragua, aquí en este albergue habrá dispersión de personas porque no caben todos en este lugar", declaró a EFE Ana Laura Rodela, coordinadora general del Centro Integrador para el Migrante Leona Vicario.
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A pesar del abrigo de diferentes albergues de la ciudad, los más de 1.000 indocumentados se entregaron a las autoridades estadounidenses pensando que así podrían arreglar su situación migratoria, desconociendo las probabilidades de deportación que pueden tener.
Quitándose su calzado, hacían largas filas, un fenómeno no visto antes -en tales dimensiones-. Tomaban a sus hijos con ellos para poder atravesar y entregarse a las autoridades norteamericanas.
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Uno de los migrantes, Oscar Sánchez, proveniente de Nicaragua, dijo: “Tengo miedo y tristeza, nos agarró un cartel en Durango y nos dijeron que nos llevarían a migración. Estábamos secuestrados, era gente armada, fueron cinco días así, hasta que nos ayudaron los de la Guardia Nacional".
Señaló que el deseo de la mayoría es cruzar a Estados Unidos, no el de quedarse en México, y siguen con miedo de que les pueda pasar algo de nueva cuenta.
Otro caso es el de Raúl, originario de Ecuador. “Agradezco a las autoridades que nos ayudaron poder llegar hasta acá, queremos lograr nuestro sueño", dijo.
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