06 nov 2014 , 04:15

¿Por qué Vinces es el 'París Chiquito' de Ecuador?

   

Recorra junto a Ecuador Sobre Ruedas este poblado cacaotero por tradición.

En este recorrido de 'Ecuador Sobre Ruedas' podrá conocer más de la historia de Vinces, un cantón de la provincia de Los Ríos caracterizado por su historia cacaotera y tradiciones estrechamente ligadas a la cultura europea por lo que toma el popular nombre de 'París Chiquito'.

 

A finales del siglo XIX, el cacao comienza a exportarse y Vinces vive su época dorada. En 1879 Ecuador se convierte en el mayor exportador en el mundo, por esos años a los grandes productores se los conocía como las familias del 'gran cacao'. 

 

El historiador Nicolás Llaguno, muestra algunas de las fotografías que se guardan como valiosos recuerdos del nacimiento de Vinces. Era una localidad de haciendas y grandes parcelas donde la 'pepa de oro' era símbolo de progreso y bonanza.

 

En la Biblioteca Municipal permanecen libros que cuentan la historia de esta productiva población, pero ¿de dónde salió el vínculo con París? 

 

“Ese cacao hizo que llegara a Europa en grandes cantidades, de tal magnitud que nuestro producto llegó a mantener el presupuesto del Estado, de todo el país. De ahí nació el nombre de los gran cacao, que eran los dueños de las haciendas, las familias que iban a estudiar a francia regresaban en época de vacaciones y aquí se hablaba el francés, traían sus perfumes, traían su moda”, relata Llaguno. 

 

Incluso hay una pequeña réplica de la torre Eiffel. “Por eso está esta torre, porque no queremos perder una de las razones por las que a Vinces se la denomina 'París Chiquito'. Este es nuestro emblema que representa la ciudad de su época más prodigiosa que ha tenido”, agrega. 

 

Aunque el estilo colonial predomina en el centro de Vinces, el río y el comercio en las calles caracterizan a esta ciudad. Para conocerla mejor puede realizar un paseo en tricimoto, un transporte rápido y de gran acogida para evitar el tráfico.

 

Luis Díaz trabaja como transportista, para él no hay rutina en su trabajo, cada día es distinto: “Hay gente que dice que no hay trabajo, pero sí hay y tenemos que seguir adelante, yo trabajo desde las 6 de la mañana a 4 y media de la tarde. Hay que tener paciencia con los pasajeros, el que no tiene paciencia se come la camisa aquí”.

 

Así es vinces, siempre en movimiento, una ciudad que se muestra altiva, abrazada por las calmadas aguas de su río.

 

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