Esta área de la casa de salud quiteña era usada para rehabilitación física.
Más sorpresas encontró un equipo de Ecuavisa a su paso por las bodegas del hospital del IESS Carlos Andrade Marín, de Quito, donde se guardan miles de medicamentos e insumos caducados.
En una piscina que años atrás servía para rehabilitar a pacientes del área de fisiatría, en lugar de agua se encontraron insumos, que según explicaron las autoridades permanecían abandonados.
Cartones enteros con botellas de alcohol que también tuvieron que ser desechados y materiales que aún se desconoce para qué fueron comprados. Pérdidas millonarias y pacientes a los que estas medicinas nunca llegaron.
Entre los fármacos que se desperdiciaron están lidocaína, que es una anestésico; epirubicina, un fármaco usado para las quimioterapias; cefalexina, usada para tratar la neumonía; y atorvastatina, para tratar el colesterol alto.
Darío Mora, gerente de esta casa de salud, que asumió el cargo hace dos semanas, asegura que ya se está pensando en una solución integral para que esto no vuelva a ocurrir, porque, según explica, solo en este hospital las pérdidas sumarían 2.5 millones de dólares.
Él aseguró que poner en orden estas bodegas les tomará al menos unos 4 meses, luego de aquello emitirán un informe.
Esto, mientras la indignación de los representantes y pacientes crece, y piden que se establezcan responsabilidades.
En días pasados, el presidente del Directorio del IESS denunció pérdidas de 5.3 millones de dólares en medicamentos caducados en diversas unidades médicas de la institución.
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