Uno de los símbolos históricos de la ciudad alberga arte en sus coloridas calles.
El barrio de Las Peñas, vestigio de la fundación española de Santiago de Guayaquil en julio de 1547, se emplaza sobre un antiguo cerro cubierto de coloridas casas de estilo colonial entre las que abundan las galerías de arte.
Visita obligada de la urbe más habitada de Ecuador, sus pintorescas calles y estilo arquitectónico fueron testigo de las rencillas entre conquistadores españoles en el siglo XVI, del poder político en el XIX y hogar de intelectuales y pintores en el XX.
"Estamos en el único vestigio que queda del Guayaquil de antaño. Este es el último barrio colonial", explicó a Efe Melvin Hoyos, director de Cultura del Municipio de Guayaquil.
Lo hace junto a dos cañones de época en una pequeña plazoleta situada en las faldas del antiguo cerro que los españoles nombraron como Santa Ana, donde surgió el barrio "a los costados de una tortuosa calle colonial, la única que queda hoy con esas características".
Coronado por un faro, este barrio cuenta con una emblemática escalinata de 444 gradas y desde la altura se divisa el río Guayas que surge de la confluencia de los ríos Babahoyo y Daule, al norte.
Lo más antiguo que se localizó en la ciudad son los restos de un fortín de hace 400 años y que dan fe del origen de la urbe, uno de los más complicados en América, según los historiadores.
Cuando llegaron los conquistadores españoles al Nuevo Mundo, Francisco Pizarro funda una primera ciudad en Perú y por mandato de la Corona la segunda debía llevar el nombre del patrono de España, Santiago, y situarse en algún punto en el que hubiera contacto entre el mar y un entramado de ríos.
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Tras numerosos asentamientos e intentos por establecer esa ciudad en diferentes puntos del litoral ecuatoriano, Diego de Urbina funda entre la década de 1540 a 1550 Santiago de Guayaquil justo enfrente otra ciudad que había establecido Francisco de Orellana al otro margen del río.
"Fue un proceso fundacional y organizativo único en la historia de América", insiste Hoyos tras describir una serie de sucesos que a los propios historiadores les llevó años dilucidar gracias a los Archivos de Indias.
Fueron los pescadores que habitaban la zona los que sentaron las bases de la posterior malla urbanística, al rellenar los espacios entre los enormes pedregones del cerro, dando lugar a la denominada "Planchada", refiere el responsable.
Posteriormente y bajo la colonia española el barrio se desarrolla y la aristocracia criolla ocupa inmuebles ampliando la ciudad ribereña.
"Pese a un gran incendio del barrio en 1896, la zona mantuvo su carácter colonial y no solamente en el esquema urbano", señala este arquitecto y experto del Municipio, que ha conservado y rehabilitado las casas patrimoniales, algunas de más de 100 años.
Las Peñas se convierten a finales del siglo XIX en un centro de poder importante, donde vivieron al menos once expresidentes de la República y su tejido social fue evolucionando hasta que después de la década de los 20 del siglo pasado es tomada por intelectuales de izquierda.
No es casual que el propio Che Guevara, que residió en el barrio durante seis meses en un hostal regentado por el compositor de origen libanés Nicasio Safadi, autor de "Guayaquil de mis Amores", figure entre sus huéspedes, así como también Ernest Hemingway.
La intelectualidad dio paso a la presencia de numerosos artistas, especialmente impulsados por las figuras de Manuel Rendón Seminario, el pintor conocido por traer el Constructivismo a Ecuador, y Yela Loffredo de Klein, la escultora guayaquileña que crea la Asociación Cultural Las Peñas, y promotora del barrio de los artistas.
Entre ellos, Olmedo Quimbita, con 30 años de profesión y que ha expuesto en diferentes países, tiene su pequeña galería en una de las callejuelas adoquinadas de la ciudadela.
El artista Olmedo Quimbita. Foto: EFE.
"Este barrio es muy importante porque aquí han expuesto artistas de mucho prestigio, algunos ya fallecidos", subraya el también conocido como "pintor de la luz".
Nacido en la provincia andina de Cotopaxi, pero guayaquileño de adopción, afirma que la ciudad ha mantenido la tradición de inaugurar exposiciones con motivo de las fiestas de la fundación de la ciudad, que se celebraron esta semana.
Entre su obra destaca "el encuentro de Europa y América", motivo recurrente de numerosos artistas latinoamericanos.
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