El Ministerio del Ambiente informó que "estará cerrado hasta nuevo aviso".
El Gobierno de Ecuador anunció este martes su decisión de volver a cerrar al público el Parque Nacional Cotopaxi, ante el auge del contagio del coronavirus en el cantón Mejía, una jurisdicción situada al pie del gigante volcán que da nombre a la reserva.
El Ministerio del Ambiente informó que el Parque Nacional Cotopaxi "estará cerrado hasta nuevo aviso", debido a que Mejía, cuya cabecera es la ciudad de Machachi, ha decidido regresar al "rojo", en el sistema del semáforo epidemiológico aplicado en el país para el proceso de desescalada de la cuarentena.
A principios de junio pasado, Ecuador empezó a salir del confinamiento masivo, al pasar al "amarillo" en el sistema de semaforización, aunque las autoridades de Mejía han vuelto a endurecer las medidas de restricción a la movilidad, por el aumento de casos de COVID-19.
El Parque Cotopaxi ya había reanudado, con ciertas regulaciones, su acceso al turismo local, aunque la situación en Mejía obligó a las autoridades a plantearse nuevas medias de protección.
"Es primordial cuidar la salud de nuestros visitantes, guardaparques y personal técnico", precisó el Ministerio del Ambiente en su mensaje por las redes sociales.
Dicho parque está situado unos 60 kilómetros al sur de Quito, donde se erige el volcán Cotopaxi, de 5.897 metros de altitud, uno de los sitios turísticos más importantes de la sierra andina de Ecuador y sitio de descanso para muchos ciudadanos de la capital.
Quito, además, cuenta con la Reserva Ecológica Antisana, unos 40 kilómetros al sureste de la capital, que hoy cumplió 27 años de creación, según informó el Ministerio.
Dicha reserva, creada el 21 de julio de 1993, cuenta con una extensión de 120.000 hectáreas y debe su nombre a otro volcán que domina la capital, también cubierto de nieves perpetuas y bosques andinos, con una altitud de 5.758 metros de altitud.
En esa reserva se encuentran varias majestuosas lagunas como la de Santa Lucía o la denominada "Mauca Machay", además de zonas de alta montaña que albergan una nutrida masa de biodiversidad, refugio para especies amenazadas como el cedro, nogal, laurel de cera, motilón, arrayán y palma de ramos.
La reserva ecológica es el hogar de 418 especies de aves, 73 de mamíferos y 61 de anfibios y reptiles, además, cuenta con su propia especie de anfibio, el "osornosapo de Antisana", que habita entre las rocas del páramo, es muy raro de encontrar y actualmente está peligro de extinción.
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