Opositores a las enmiendas se hicieron sentir en varias ciudades del país

La aprobación de las emniendas constitucionales se dio en medio de fuertes protestas de movimientos sociales que se centraron en Quito, pero que se sintieron en varios puntos del país.

 

En la capital, manifestantes y policías intercambiaron piedras, palos, lanzas y gases lacrimógenos. Los opositores buscaban llegar a la Asamblea y los uniformados mantenían un cerco para impedirlo.

 

Hasta el momento no existe un reporte oficial de heridos y detenidos.

 

En Cuenca, grupos a favor y en contra del Gobierno se concentraron el centro histórico para pronunciarse sobre las enmiendas a la Constitución. 

 

Al mediodía, ciudadanos se tomaron la Catedral de la Inmaculada y  gritaron consignas en contra de las cuestionadas reformas a la Carta Magna. La Policía Nacional acudió al sitio para controlar la situación y restablecer el orden en este sector de la capital azuaya. 

 

Tras la aprobación de las enmiendas los simpatizantes del régimen celebraron la resolución frente a la Gobernación del Azuay, mientras que los opositores a las enmiendas organizaron una marcha en la calle Bolívar. Lanzaron huevos, pintura, además de romper tablas de la iglesia de San Alfonso que se encuentran en restauración. 

 

En Latacunga, cerca de 300 personas iniciaron una marcha desde la estación del ferrocarril que fue parada por la Policía, de modo que la jornada terminó con un plantón  junto al puente 5 de junio.

 

En Puyo, indígenas de la nacionalidad achuar realizaron un ritual frente a la Gobernación de Pastaza, cercado por policías. Previo a ello, el grupo denominado "Parlamento del Pueblo de Pastaza", había recorrido las calles céntricas de la ciudad. 

 

En Guayaquil hubo una marcha por el centro comercial de la urbe, en la que los opositores gritaron consignas en contra del presidente y de las enmiendas constitucionales.

 

En Ambato y Tungurahua también se registraron incidentes.