El agresor es tío de la pequeña y está prófugo.
A los 12 años, una niña de Argentina que había acusado varias veces a su tío por abuso sexual sin que este recibiera ningún castigo, se las ingenió para ponerlo en evidencia de manera indiscutible. Sus padres, Daniela y Pablo, decidieron hacer público el caso porque el acusado está prófugo desde hace más de veinte días, según informa Infoba.com.
El abusador sexual es Leandro Martínez, de 43 años. Es el esposo de la prima de Pablo. La víctima (identificada como V.) mantenía una relación estrecha con ambos. “Cuando V. tenía dos años, entró a la boda de ellos tirando pétalos de rosa. Su nene mayor es su primito más querido. Desde hace mucho, se quedaba a dormir en la casa, en el barrio cerrado La Tradición, de Moreno”, relata Daniela.
Daniela y Pablo recuerdan que en 2018 dejaron a su hija en la casa de Leandro y su esposa. “Paró un auto en la mañana frente a casa y era la mamá de una compañerita de V: ‘Decime que V. está acá’, gritó. Cuando le dije que estaba en lo de sus tíos, me contestó que me tenía que hacer escuchar algo, que mi hija estaba en peligro. Y me hizo oír los audios que mi hija le había mandado a la suya”, contó Daniela a TN.
Esos audios eran desgarradores. V. le contaba a su amiguita: “Hola, no sabes que me pasó, mi tío me tocó la cola y la vagina. Estábamos los cuatro en la cama y me desperté [cuando él estaba] tocándome. Yo cerraba las piernas y él hacía más fuerza. Como que me quiso violar”, confesó la pequeña.
La niña que en aquella oportunidad tenía 10 años confesó a sus padres el abuso sexual que sufrió por parte de su tío, Leandro Martínez. “Dijo que había gritado ‘tengo que hacer pis’ y se había ido al baño para interrumpir la situación de abuso. Se había quedado ‘en shock’ y por eso no le había contado nada a su tía, esposa de Leandro”, sostuvo la madre, quien llevó a su pequeña a terapia psicológica en Argentina.
Los padres le mostraron los audios a la suegra de Leandro. Sin embargo, ella llorando les pidió que no les dijeran nada a su hija (la prima de Pablo) porque recién había quedado embarazada después de muchos tratamientos y la perdida de cuatro bebés. Ellos se dejaron conmover y se fueron del lugar sin decir nada.
La pequeña de 12 años pedía auxilios a gritos, ya que durante una clase de Educación Sexual Integral en la escuela, levantó la mano delante de sus 35 compañeros dijo: “A mí me pasa, mi tío abusó de mí”. La madre explica cómo siguió el trámite: “Se abrió un expediente. La maestra lo comunicó al gabinete psicopedagógico y derivaron la información a un centro de niñez. Pero aun así, todavía entonces nos costaba enmarcar lo que había pasado en un hecho delictivo”, sostuvo.
Después de varias terapias psicológicas, Daniela y Pablo saben que la enuresis y el retraso escolar que sufría su hija eran señales de que estaba siendo abusada. Los fiscales confirmaron que el agresor sexual esperaba el mínimo descuido de la familia para tocar sus partes íntimas a la niña.
Durante una fiesta familiar, V. se mostró muy entusiasmada en mostrar a Leandro (abusador) las mejoras que habían realizado sus padres a su casa. “Me extrañó mucho, y la ignoré un rato. Pero de repente, cuando vi que tomaba la llave muy dispuesta, la acompañé”, comentó Pablo.
V. prácticamente organizó un tour que a su papá le pareció raro. Llevó a Leandro a su habitación. En las imágenes se aprecia cómo Leandro Martínez aprovechaba el descuido del padre para manosearla. La cámara del cuarto de V. y de su hermanito, recién pintado lo captó claramente. El video del abuso se convirtió en prueba irrefutable para la justicia.
Actualmente, Leandro Martínez, se encuentra prófugo en Argentina. “No usa el teléfono. No aparece en cámaras de peajes. Evidentemente está muy bien asesorado”, contó Pablo. Según TN, el abogado Luis Rapazzo, intenta dilatar las diligencias y pretende cambiar el delito de abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores a abuso sexual simple.
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