16 oct 2014 , 03:53

Mujer muere al lanzarse de un décimo piso en Quito

   

Según datos de la OMS, en 2012 en Ecuador se produjeron 1.377 suicidios.

Una mujer de 59 años murió al caer desde lo alto de un edificio en Quito. La tragedia ocurrió esta mañana y se presume que se trata de un nuevo caso de suicidio.

 

Sucedió alrededor de las 6h00 cuando una mujer de 59 años cayó desde el décimo piso de un edificio ubicado al norte de la capital.

 

La Policía investiga si este se trata de un nuevo caso de suicidio, lo que se determinará de las investigaciones que se llevan adelante.

 

Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2012 en Ecuador se produjeron 1.377 suicidios; entre el 2000 y 2012, según ese informe, el crecimiento de suicidios fue del 9%. 

 

Según datos del Observatorio Metropolitano de Seguridad, entre enero y julio de este año, 91 personas se han quitado la vida solo en Quito.

 

Para el psiquiatra José Cruz, es importante que el círculo íntimo de una persona advierta los signos que pueden dar paso a un suicidio: “La persona que ya está mal, anuncia desesperanza, esta sería la palabra clave, está en desesperanza, no siente que puede tener alivio a su mal”.

 

Pero advierte que lamentablemente, el acto suicida es un impulso que no suele dar tiempo a la reacción: “Generalmente la persona que tiene un plan de quitarse la vida, lo hace de manera tan calculada, que no permite o no llega a dar la señal exacta para que sea impedido de su acto”.

 

Otro de los problemas, sostiene el experto, es que tras el acto suicida, sus familiares y amigos cercanos quedan afectados y con el sentimiento de culpa, lo que hace más difícil el tratamiento de este tipo de casos, por ello, se debe tratar este fenómeno como un problema de salud pública y generar políticas de prevención.

 

“Si es que tendríamos todo este esquema, entonces anticipadamente tendríamos una población por lo menos bien informada y asistida anticipadamente”, añade el especialista. 

 

El suicidio en el Ecuador es una realidad que ha crecido en los últimos años, aunque según la OMS, su incidencia en el país es menor al promedio mundial.

 

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