Así lo indica un estudio del Banco Mundial.
Los migrantes y refugiados venezolanos en Ecuador, en su mayoría jóvenes y con un alto nivel educativo, podrían contribuir a la economía del país en hasta un 2 % del PIB si tuvieran empleos e ingresos correspondientes a su formación, de acuerdo con un estudio del Banco Mundial (BM) dado a conocer este jueves en Quito.
La investigación "Retos y Oportunidades de la migración venezolana en Ecuador" fue elaborada en colaboración con seis agencias de la ONU y analizó la situación de la población venezolana en condiciones de movilidad humana y comunidades de acogida, a través de "encuestas, grupos focales y registros administrativos" y el uso de big data.
Según el informe, hasta la fecha, Ecuador acoge a más de 400.000 venezolanos, convirtiéndose en el tercer país receptor de la región después de Colombia y Perú, y "esto tiene lugar durante un periodo complejo por las dificultades económicas" que enfrenta la nación, "agravadas desde la caída de los precios del petróleo y los efectos de la pandemia de la COVID-19".
En su análisis, el Banco Mundial estableció que la mayoría de los venezolanos en Ecuador culminó la educación secundaria y un gran número de ellos cuenta con educación terciaria, especialmente mujeres.
Con base en esos datos, el organismo concluye que "si esta población accediera a empleos acordes a su nivel educativo, podrían generar ganancias de entre el 1,6 y 1,9 % del PIB".
Sin embargo, existen obstáculos para que los venezolanos puedan acceder a empleos acordes a sus estudios, entre ellos la regularización de su estatus migratorio y la falta de documentos para validar los estudios realizados.
De acuerdo con el informe, solo un 15 % de la población venezolana en edad laboral tiene un estado migratorio regular, lo que no impide que el 65 % tenga algún tipo de empleo. El 57 % de los venezolanos en Ecuador trabaja de manera informal y con contratos temporales el 71 %.
Además, los venezolanos en situación de movilidad humana trabajan cinco horas más a la semana que sus pares ecuatorianos y reciben el 42 % menos por el mismo trabajo, según el informe.
Asimismo, cuatro de cada diez venezolanos en Ecuador sufrieron discriminación, principalmente por su nacionalidad.
En el área de la escolarización este colectivo poblacional también ha sufrido un fuerte revés por la falta de recursos, siendo la matrícula escolar otro importante obstáculo a superar, puesto que más del 50 % de los venezolanos en edad escolar no asiste a la escuela.
Las mujeres están más expuestas a la discriminación laboral y su acceso al empleo está particularmente condicionado al cuidado de los niños.
La llegada de la epidemia de la COVID-19 al Ecuador ha significado que en 7 de cada 10 hogares de la población venezolana migrante y refugiada exista un adulto que "se saltó una comida", y en los últimos meses la mitad de los hogares sufrieron la pérdida del trabajo de al menos uno de sus miembros.
"La situación económica y social del Ecuador sumada a la crisis provocada por la COVID-19 impacta a la población venezolana, pero también a las comunidades de acogida", afirmó Sergio Olivieri, economista del BM y uno de los autores del informe, solicitado por el Gobierno de Ecuador para analizar el flujo migratorio desde 2018.
La situación en Venezuela ha desencadenado un éxodo sin precedentes en Suramérica, aunque miles de ellos ahora intentan volver a su país ya que la emergencia sanitaria por el coronavirus los ha dejado sin techo ni trabajo.
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