Un niño puede sentir celos, angustia y felicidad tras la llegada de un nuevo hermano.
Verónica, tiene 6 años de edad, ella ha sido la niña estrella en su pre-escolar. Sus profesoras están muy contentas con su desempeño. Tiene muchas amigas. Es una niña que se siente capaz de aprender y lograr muchas cosas.
Sus padres están orgullosos de ella. Su madre, está embarazada y llegado el día del nacimiento de su her manito, Verónica, observa, que llegan visitas con regalos para él, que sus padres ya no pueden jugar con ella porque están muy ocupados atendiéndolo y que todas las conversaciones giran en torno a su hermano. En base a lo que percibe, Verónica interpreta que todos quieren más a su
hermanito y empieza a creer que, para sentirse importante debe llamar la atención de sus padres. Por lo que decide, hacer berrinches, pedir que le den de comer, hablar como más pequeña y hasta orinarse en la cama durante las noches.
Por medio de este ejemplo, podemos entender lo desalentada que se siente Verónica con la presencia de este nuevo miembro familiar, sin duda para ella es muy difícil aceptar que la atención a la cual estaba acostumbrada recibir ahora tendrá que compartirla con alguien más.
Celos, angustia, felicidad y/o curiosidad son las emociones más comunes que un niño puede experimentar con la llegada de un nuevo bebé. No todos los niños responden, ni se sienten igual, para unos puede ser más fácil, mientras para los que ven al nuevo integrante como una amenaza, puede ser muy difícil.
Un niño que siente celos o angustia no solo puede presentar conductas más infantiles, como lo es en el caso de Verónica, sino otras reacciones, tales como lastimar al bebé, quitarle sus juguetes y hasta querer impedir que mamá le dé de lactar. Preguntas como, ¿Mami, me quieres? no dejan de sorprender a los padres, sin embargo el niño necesita que le respondan para sentir tranquilidad. En otras ocasiones, el niño puede decir con mucha seguridad "A él lo quieres más que a mí" y hasta preguntar, cuando regresará al hermano a la clínica de donde vino.
La medida en que la llegada del nuevo hermano afecte al niño dependerá de muchos factores, como la edad, el tipo de relación que tiene con sus progenitores, la actitud de los padres, su temperamento, entre otros.
Por ejemplo, para los niños más pequeños, que dependen mucho de sus padres, aceptar que ya no podrán dedicarse tanto a ellos podría afectarles, o si el niño es muy consentido y apegado a sus progenitores también. La actitud de los padres frente a la llegada del nuevo bebé es primordial, dado que deben ser pacientes, evitar estresarse y angustiarse, ya que estas emociones pueden transmitirlas al niño.
El temperamento del niño, también debe considerarse, dado que hay muchos niños que les cuesta adaptarse a situaciones nuevas. Son muchos los factores en juego, que cumplen un papel determinante en esta situación.
Preparando el terreno
Los padres sabrán identificar cuando es el momento preciso para dar la noticia. Lo ideal es darla con anticipación, para que así el niño tenga más tiempo para asimilarla y, a su vez para que los padres preparen el terreno. A continuación algunos consejos para antes del nacimiento:
- Darle funciones para que colabore con sus padres durante la etapa del embarazo, por ejemplo ayudar en la decoración del cuarto de su hermanito.
- Pedirle que toque y apoye su orejita en la barriga, le hable, le lea historias, llevarlo a las citas médicas, así el niño desarrollará ese vínculo con su hermano desde el principio.
- Evitar cambios drásticos en la vida de su hijo, más aun si son cerca a la fecha del nacimiento.
- Mostrarle fotos o videos de cuando era bebé, así vera que el también paso por la misma etapa y que sus padres le dieron los mismos cuidados.
¿Y, cuando nace él bebe?
- Mantener la rutina del niño lo más parecida a la de siempre.
- Involucrarlo para sea ayudante de mamá, ya sea al cambiar pañales, bañarlo o al hacerlo dormir. Tenga cuidado, en darle responsabilidades al niño que no pueda, ni deba asumir.
- Ayudarlo a poner en palabras lo que siente, por ejemplo: "Noto estás enojado porque ya no compartimos tanto tiempo contigo, entiendo cómo te sientes, ¿qué tal si programamos un momento solo para los dos?" Si el niño es capaz de poner en palabras lo que siente y piensa, mejor preguntarle.
- Programar un tiempo especial para compartir juntos de manera regular y, sin interrupciones.
- Si molesta o pega a su hermanito, no recriminarlo por ello, por el contrario enseñarle como debe tratarlo.
- Hacer lo inesperado muchas veces puede ayudar, abrácelo en medio de un berrinche.
- Dele la tranquilidad que necesita explicándole que no porque haya nacido su hermanito significa que lo quieren más a él o que lo van a dejar de lado.
- No olvide que el niño es muy bueno percibiendo lo que sucede a su alrededor, pero muy malo interpretándolo, ayúdelo a entender que sus interpretaciones son equivocadas, téngale paciencia, y, por sobre todas las cosas dele la atención que necesita para que sienta que nunca dejo de ser importante para ustedes.
Karina Bustamante de Huerta
Psicóloga Clínica
Psicoterapeuta TREC y TCC
Entrenadora Certificada de Disciplina Positiva para Padres y Educadores
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Disciplina Positiva Ecuador
Psic. Karina Bustamante
@tallereseducacionemocional
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