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El gobierno tiene un acuerdo preliminar con la constructora rusa, para evitar que el contrato fracase.
Concluir la hidroeléctrica Toachi Pilatón es vital para el gobierno y su intención es que funcione desde enero. Es la única hidroeléctrica nueva que entrará a funcionar en corto plazo y con ella se sumarán 205 megavatios.
El proyecto estuvo en riesgo de pararse en marzo. La empresa rusa Tyazmash que instala los equipos electromecánicos, estuvo a punto de abandonarlo: pidió una ampliación de su contrato y un pago adicional de USD 54 millones.
Los diálogos para salvar el proyecto concluyeron con un acuerdo que, según el ministro Roberto Luque, se conocerá la próxima semana. Incluye que la central sea entregada en enero y no en diciembre como estaba previsto y a Tyazmash se le pague un monto que será mucho menor, no llegará al exigido.
"Yo me he enfocado mucho en que sea bien justificado técnicamente y jurídicamente la decisión que están tomando en el marco del proyecto: ya tienen un cuerdo preliminar lo están reflejando en actas para definir ese monto y que con ese monto se acabe la obra y no haya ni mediación ni arbitraje y cerramos el proyecto".
Mientras se soluciona el conflicto, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército concluirá en junio las obras civiles. Se está reparando la chimenea y el túnel de carga, terminando la casa de máquinas Alluriquín y habilitando el embalse de la represa de 60 metros de altura que estará impermeabilizada.
El Gobierno quiere así evitar que la hidroeléctrica se retrase más porque lleva en construcción 14 años y ha pasado por algunos conflictos entre contratistas y el Estado.
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Poner a funcionar Toachi Pilatón es parte del plan gubernamental de nueva generación que incluye 11 proyectos de energía solar, hidroeléctrica y eólica que deben funcionar en los próximos cuatro años y entregar 900 megavatios.
Para otros 10 proyectos que incluyen dos de energía geotérmica, el Gobierno requiere conseguir inversión probada por USD 2 340 millones.
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