Jorge Glas fue liberado este 28 de noviembre de 2022, por una orden de un juez de Santo Domingo.
Jorge Glas está en libertad. Este 28 de noviembre de 2022 el exvicepresidente dejó la Cárcel 4, en Quito. Se trata de una medida cautelar solicitada por Christian Palacios Zambrano y concedida por el juez Emerson Curipallo, de Santo Domingo.
Es la segunda ocasión en la que el exfuncionario, condenado por actos de corrupción, accede a una garantía jurisdiccional, contemplada en la ley. Aunque es el tercer intento de salir de prisión, porque uno fue negado.
La norma establece la medida cautelar como una manera de evitar o cesar la violación de derechos. Según Palacios, Glas no pudo acceder al derecho a la seguridad jurídica, porque el SNAI no ha dado un trámite adecuado a los procesos administrativos de beneficios penitenciarios.
Glas puede acceder a la unificación de penas
Según el peticionario, Glas debe ser beneficiario de la unificación de penas, derecho que el Estado le habría negado hasta el momento. Ese beneficio se otorga a quien cumpla el 40% de su pena. Es decir, Glas lleva cinco años en prisión y califica si se considera la mayor pena de ocho años.
Eso se desprende de que hay dos sentencias ejecutoriadas a seis años de prisión por asociación ilícita, en el caso Odebrecht, y a ocho años por cohecho en el caso Sobornos. Su tercera condena en el caso Singue fue anulada.
Ese recurso todavía debe ser resuelto por la jueza Soledad Manosalvas, que reemplaza a Melissa Muñoz.
Desde el punto de vista jurídico, lo normal era esperar a que se tramite ese procedimiento. Ramiro García, abogado penalista, dice que la defensa de Glas, ha optado por acciones imprevistas por lo que no le sorprende que ahora interpongan un nuevo recurso a la par.
¿Era legal la liberación de Glas?
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI) emitió un comunicado señalando que acató la orden porque la boleta de libertad cuenta con los requisitos previstos en la ley, aunque aclara que presentará la revocatoria.
Para Ramiro García, es una medida otorgada de manera irregular que interrumpe una orden judicial emitida por la Corte Nacional de Justicia y el juez de Santo Domingo estaría excediéndose en sus funciones.
Además, la defensa de Glas vuelve a acudir a un juez de otra jurisdicción, diferente a la que se encuentra, por lo que no cumplía con las reglas de competencia, del lugar donde se produce la vulneración.
Lo propio ocurrió al pedir un recurso de habeas corpus en la Unidad Judicial de Manglaralto.
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