La condenas más firmes a la ofensiva de Putin provinieron de gobiernos de signo conservador como los de Colombia y Uruguay.
Las diferencias políticas que subsisten entre los países de América Latina quedaron en evidencia el jueves luego de que varios de ellos repudiaron rotundamente la invasión de Rusia a Ucrania, otros lo hicieron con tibieza y algunos guardaron silencio o apoyaron tácitamente al presidente Vladimir Putin.
La condenas más firmes a la ofensiva de Putin provinieron de gobiernos de signo conservador como los de Colombia y Uruguay, reflejando una vez más las diferencias en la región ante potencias como Estados Unidos y Rusia.
Después de guardar silencio durante horas y sin hacer mención a la agresión rusa, el mandatario venezolano Nicolás Maduro dijo en Twitter que su país “rechaza el agravamiento de la crisis en Ucrania producto del quebrantamiento de los acuerdos de Minsk por parte de la OTAN”. Maduro también instó a la búsqueda de soluciones pacíficas para dirimir las diferencias entre las partes.
Algo parecido hizo Bolivia —otro de los países enfrentados con la Casa Blanca— al dar a conocer una breve declaración en la que llamó a las partes a que busquen soluciones político-diplomáticas y a que eviten el uso de la fuerza.
En tanto, los gobiernos izquierdistas de Nicaragua y Cuba no se han pronunciado aún, aunque ya habían expresado su apoyo a Putin en los últimos días.
En contraposición, el presidente colombiano Iván Duque rechazó “categóricamente” la invasión y acotó que su país apoyará la coordinación internacional en busca de respuestas humanitarias y “las sanciones que correspondan”. Las relaciones diplomáticas entre Colombia y Rusia se tensaron recientemente por el apoyo militar de Moscú al régimen de Maduro en Venezuela.
Como otros países, Colombia busca la evacuación de decenas de sus ciudadanos que se encuentran en la zona bélica, para lo cual inició conversaciones con Polonia y Rumania al no contar con embajada en Ucrania.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, también rechazó el ataque al considerar que atenta contra el derecho internacional e instó a una negociación para resolver el conflicto.
La Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos, que preside el uruguayo Luis Almagro —uno de los mayores críticos del gobierno venezolano en la región_, condenó la invasión de Rusia y llamó a ese país "a un inmediato cese de las hostilidades que irresponsablemente ha iniciado".
Sobre ello también se pronunció el opositor venezolano Juan Guaidó, afirmando que “como presidente encargado y representante del único Poder Público Nacional legítimo y democrático" de Venezuela daba su apoyo al pueblo ucraniano y a las autoridades ucranianas “tras la injustificable y atroz invasión militar perpetrada por el presidente Putin respaldada por la dictadura de Nicolás Maduro”.
Por su lado, el presidente saliente de Chile, el derechista Sebastián Piñera, tuiteó su repudio a la “agresión armada". Gabriel Boric —el izquierdista que lo reemplazará en el poder a partir del 11 de marzo— se mantuvo en la misma línea al señalar que “desde Chile condenamos la invasión a Ucrania, la violación de su soberanía y el uso ilegitimo de la fuerza”.
La cancillería de Chile indicó que chilenos que se encuentran en Ucrania han solicitado ayuda a través del consulado de Varsovia y que se los está tratando de asistir, ya que el país sudamericano no tiene embajada ni consulado en Kiev.
Por su lado, el presidente argentino Alberto Fernández, en lo que constituye una postura más crítica hacia las acciones de Moscú, hizo un llamado a todas las partes a no usar la fuerza militar y pidió a Rusia “que ponga fin a las acciones emprendidas y que todas las partes involucradas vuelvan a la mesa del diálogo”.
La cancillería destacó por su parte la necesidad del pleno apego a todos los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, sin ambigüedades ni dando preeminencia a unos sobre otros, con pleno respeto del derecho internacional, la soberanía de los estados y su integridad territorial.
Argentina es uno de los países latinoamericanos que mantiene relaciones aceitadas con el gobierno ruso, y muestra de ello es la reciente visita que hizo Fernández a Moscú. Allí el dirigente peronista le dijo a Putin que el país sudamericano “debe ser la puerta de entrada” de Rusia a América Latina.
Con un tono más moderado frente al Kremlin se manifestó Brasil, uno de los países latinoamericanos que actualmente ocupa un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU.
México, que preside el Consejo, inicialmente se había mostrado más moderado, pero al final de la jornada endureció su posición frente a Rusia al condenar enérgicamente la invasión y la presencia de sus fuerzas en casi todo el territorio de Ucrania.
“Demandamos que cesen las operaciones militares por parte de la Federación Rusa en territorio de Ucrania, que se respete su integridad territorial, que se proteja a su población civil", declaró el jueves por la tarde el canciller mexicano Marcelo Ebrard en un video difundido en Twitter.
Ebrard expresó que México seguirá insistiendo en una salida diplomática y apoyará al secretario general de las Naciones Unidas en lo que consideró una “difícil tarea" en este momento. El canciller precisó que esta será la postura del país latinoamericano en el Consejo de Seguridad.
Tras el endurecimento de la postura del gobierno mexicano, la embajadora de Ucrania en la Ciudad de México, Oksana Dramaretska, agradeció la posición y dijo en su cuenta de Twitter que “hoy en día es esencial llamar a las cosas por su nombre”.
Por su parte, Brasil pidió la suspensión inmediata de las hostilidades y el inicio de negociaciones, sin expresar una condena explícita al ataque. Como miembros del Consejo de Seguridad, Brasil y México participan en discusiones multilaterales que buscan una solución pacífica.
En su cuenta de Twitter, el presidente Jair Bolsonaro manifestó su determinación de auxiliar a los 500 brasileños que viven en Ucrania y a los que están allí de paso, pero no mencionó la agresión rusa, ni para aprobarla ni para condenarla. El gobierno brasileño ha rechazado recientemente las críticas de Estados Unidos al viaje realizado por Bolsonaro a Moscú para estrechar lazos bilaterales en un momento de enormes tensiones entre el Kremlin y Kiev.
Por su parte, el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso expresó su disposición a apoyar las decisiones que tome el Consejo de Seguridad.
El ataque ruso generó protestas ciudadanas ante las embajadas de Rusia en algunos países, como Chile y Argentina.
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