Un incendio en Aláquez, Cotopaxi, fue apagado gracias a la unión de la comunidad, empresa privada y autoridades

Eran aproximadamente las 19:00 del lunes 23 de septiembre cuando una columna de humo empezó a surgir de una zona boscosa de Aláquez, en la provincia de Cotopaxi, en uno de los predios de Aglomerados Cotopaxi, una empresa forestal y de tableros de madera que se usan para las exportaciones de banano.

En pocos minutos el incendio forestal, que se cree fue provocado, empezó a consumir la vegetación rápidamente, por los vientos de entre 40 y 50 k/h que golpean con fuerza las copas de los árboles.

Bernardo Pérez, gerente general de Aglomerados Cotopaxi, recuerda lo angustiante que resultó combatir el incendio forestal, que logró ser sofocado la tarde de este viernes 27 de septiembre. Es decir, estuvo activo cuatro días. Aún no se tiene la cifra exacta, pero calcula que unas 250 hectáreas de pino y eucalipto del predio de la empresa quedaron reducidas a cenizas.

Hubo árboles que tenían unos 22 años de crecimiento que fueron devorados por el fuego. También había plantación joven. Animales que habitan en estos bosques, como venados, conejos y aves, también resultaron afectados y lo más probable es que mucho de ellos hayan terminado calcinados.

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Entre todo las pérdidas ambientales, Bernardo Pérez resalta un hecho. La unión que hubo entre diferentes actores como la empresa privada, las comunidades y las autoridades municipales y provinciales para hacer una sola fuerza y controlar el incendio forestal.

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Pérez subraya que Aglomerados Cotopaxi cuenta con una brigada contraincendios que tiene preparación en Chile. A ellos se sumaron los bomberos de Latacunga, Salcedo, Manta y Portoviejo. Además de militares, el GAD provincial de Cotopaxi, el Municipio de Latacunga.

Por su puesto, los habitantes de las comunidades no se quedaron atrás. "Fue increíble porque las comunidades subían con agua, subían con caramelos, con pan para ayudar a las personas que estaban combatiendo los incendios", rememora. Y otras empresas privadas también brindaron sus aportes.

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Unas 350 personas participaron en las labores de sofocación. Para su alimentación, una empresa ayudó con "comidas completas", desayunos, almuerzos y meriendas, para que las energías no decaigan en las arduas labores. A eso se sumaron colaboraciones de botellas de agua y bebidas hidratantes. Las comunidades también se sumaron con alimentos y ropa.

También se contó con brigadas médicas en las que contaban con oxígeno en caso de que alguien sufriera asfixia, muy común por el incesante humo. Rescata que, en buena hora, nadie resultó herido.

"Lamentablemente, una emergencia unió al sector privado, a la comunidad y a todos. No hubo banderas ideológicas. Yo quiero hacer una mención, por ejemplo, a Lourdes Tibán, quien fue personalmente a motivar a los bomberos, a motivar a las personas que trabajan ahí. Fue el Gobernador de Cotopaxi... La ayuda vino de todo lado y eso es algo muy bonito".

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