Se trata de una alternativa de negocio que crece en el mercado ecuatoriano.
Ya lo dicen desde la ONU: el planeta está 'roto'. Ante esa perspectiva y con una pandemia encima, son cada vez más los emprendimientos que promueven una vida más ecológica como son los huertos caseros. Esta práctica de tener huertos en casa, sea horizontales o verticales, ha generado un movimiento que nace de la necesidad del ciudadano de consumir alimentos más sanos, sin salir de casa y ahorrar un poco más.
Estos emprendimientos, además, brindan servicio a domicilio e incluso capacitaciones virtuales en una época donde las alternativas ecoamigables son cada vez más necesarias.
"El planeta está 'roto', la humanidad está en guerra contra la naturaleza y esto es suicida, pues ella siempre devuelve el ataque y lo hace con creciente fuerza y furia", advirtió -en coincidencia con la publicación del informe preliminar sobre el estado del clima en 2020- el secretario general de la ONU, António Guterres, en un discurso en la Universidad de Columbia (EEUU), este miércoles 2 de diciembre.
Ni la reducción de la actividad industrial y el tráfico aéreo durante la pandemia, ni el fenómeno de La Niña, que suele enfriar los océanos, frenaron el avance del calentamiento global en 2020, que según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) será uno de los tres más cálidos de la historia.
'El vivero de Iván' es un negocio que tiene cinco años y que resurgió durante la pandemia. "Hubo un pico en abril y mayo, pero luego bajó", menciona su propietario, Carlos Arcos. El ingeniero ambiental quiere dejar su huella a través de este emprendimiento justamente con contenido más educativo y científico que vaya de acuerdo a su profesión.
El nombre del vivero, "tan original", reconoce Carlos, se debe al patriarca de la familia, Iván Arcos. Al principio, el ingeniero ambiental solo le pudo ayudar con el logo, pero poco a poco se fue involucrando más. "He tenido la oportunidad de visitar distintos barrios y ciudadelas, en Guayaquil y Samborondón, donde he dado talleres para tener tu propio huerto", cuenta Carlos.
Ahora, su modelo de negocio va por dos vías: una caja de plantas por suscripción mensual; y el servicio de asesoría y revisión periódica de jardines.
Con el plan de suscripción mensual, al cliente le llega una plantita cada mes, con macetas personalizadas por ilustradores locales y comida vegana hecha por emprendimientos de cocina.
En cuanto a a las asesorías, Carlos ofrece un diagnóstico a los clientes sobre la exposición solar que tienen sus plantas, cuáles son más convenientes de cultivar y sus cuidados.
Desde el ámbito público, también se fomentan iniciativas verdes. Durante la pandemia, la unidad de proyectos ZUMAR (Zonas Urbano Marginales), del Municipio de Guayaquil, activó la propuesta 'Ziembra', para enseñar a crear huertos familiares urbanos, a través de una campaña con líderes de opinión.
Ahora, cerca de 10 mujeres líderes de la comunidad de Monte Sinaí, en el noroeste de la urbe, participan activamente del proyecto que ya ha cosechado alverjas, nabo, pepino, rábano.
Para Romina Zeballos Avellán, directora de la Unidad de Proyectos ZUMAR, se trata de un trabajo en equipo. El Padre Juan María es quien permite sembrar en los predios de la arquidiócesis en Monte Sinaí y las líderes de la comunidad trabajan a diario para cuidar los huertos y la producción.
Así mismo, según Zeballos, junto a ÉPICO, la Empresa Pública Municipal para la Gestión de la Innovación y Competitividad de Guayaquil, se están programando las capacitaciones necesarias a nivel de emprendimiento, innovación y desarrollo del modelo de negocio pues la comercialización de las cajas ya ha iniciado. Estas contienen los productos agroecológicos y se venden desde $12 hasta los $40.
Sin duda, la cuarentena por coronavirus COVID-19 llevó a la humanidad a replantearse sus formas de consumo. Y las nuevas tendencias, están para quedarse.
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