A lo largo del siglo XX, Guayaquil creció exponencialmente y eso requirió la necesidad de generar, transmitir y comercializar energía en el Puerto Principal. La Empresa Eléctrica del Ecuador (Emelec) estuvo encargada de proveer este servicio.
En 1920, Guayaquil había crecido exponencialmente. Tenía 700 manzanas, 90 edificios públicos y más de 100 mil habitantes que necesitaban energía eléctrica.
La municipalidad ensayó el modelo de privatizacion del servicio: en 1925 entregó la concesión a la Empresa Eléctrica del Ecuador (Emelec) Inc.
Luis Orrantia Cornejo, quien presidía el cabildo guayaquileño, firmó el contrato para generar, transmitir y comercializar energía en el Puerto Principal: el objetivo era atraer inversiones para la industria.
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Guayaquil tenía luz y disputas políticas entre conservadores y liberales. Unos cuestionaron los incumplimientos contractuales de la empresa, sus beneficios tributarios y sus ganancias; los otros defendían el servicio.
En 1958, Emelec amplió su cobertura con más equipos. El gobierno de Camilo Ponce Enríquez avaló el servicio de la empresa que daba luz a mas de 200 mil guayaquileños.
La crisis del cacao obligó a mucha gente del campo a migrar al Puerto Principal. El presidente dijo a George Capwell, presidente de Emelec, que era necesario ampliar la red eléctrica.
Hablaron de construir una hidroeléctrica para dotar de energia a las provincias de Los Ríos, Manabí, Guayas y sur de Pichincha: ese fue el multipropósito Daule Peripa.
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El 10 de marzo de 1966 es una fecha importante en el capítulo energético del país: la junta militar presidida por Ramón Castro Jijón decidió que el Estado debia asumir un papel más protagónico en el negocio de la electricidad y firmó con Emelec un nuevo contrato.
La empresa pudo modificar las tarifas una vez al año generándole más utilidades, a cambio de compartir el negocio con el Estado. Once años después, los dueños de Emelec vendieron las acciones a Scopar International Inc., representada por John Scopetta.
En 1983, dos años antes de terminar la concesión, el Estado dio por terminado el contrato y entró en litigios para definir el precio justo de los activos entre Ecuador y Emelec.
Fernando Aspiazu compró Emelec, vino otro lío jurídico, de nuevo intervino el Estado y esa empresa terminó absorbida por la Corporación Nacional de Electricidad.
Así Guayaquil pasó de lo privado, donde sobró energía, a los apagones que hoy gestiona el Estado.
La primera vez que el #Ecuador tuvo un sistema de generación hidroeléctrico, por iniciativa privada, fue en 1897. Te contamos ▶️ https://t.co/tKaYwIqIWS pic.twitter.com/YnkI7Mm46h
— Ecuavisa Noticias (@EcuavisaInforma) November 25, 2024
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