Historia de la cerveza en Quito

La cerveza es una bebida que comenzó a producirse desde 1556, en Quito, con la llegada de los españoles. El sacerdote franciscano, Fray Jodoco Ricke, trajo las primeras semillas de trigo y cebada y comenzó a construir la primera cervecería de Sudamérica.

En el siglo VI, los sacerdotes, como parte de sus reglas de vida y costumbres, fueron llamados a “vivir de su propio trabajo” y, considerando que en aquel tiempo beber agua no era seguro por el riesgo para la salud, se dedicaron a la producción de cerveza o vino para su consumo interno en las comidas o cenas.

Por eso, al interior del convento, Jodoco Ricke instaló los implementos para montar la cervecería artesanal como un horno, barriles, bandeja de enfriamiento, corchadora y embotelladora, señala el Fray Víctor Pupiales, director del museo Fray Pedro Gocial, en una entrevista con Ecuavisa.com.

Según los relatos y el archivo general de la Orden Franciscana, se conoce que las haciendas y los pueblos cercanos al convento donaban la cebada como limosna. Asimismo, los miembros de la comunidad revelaron que durante los años 40 del siglo XX, tanto el lúpulo como la levadura era proporcionados por la cervecería 'La Campana' que funcionaba en las proximidades de San Francisco.

La elaboración de la cerveza consistía en un proceso que duraba una o dos semanas. Cada ciclo de producción abastecía por un periodo de aproximadamente cuatro meses el consumo interno del convento. Consistía en un vaso de cerveza por cada religioso en las comidas.

Dejó de funcionar en los primeros años de la década de los setenta -explica Pupiales- cuando el consumo de esa bebida fue sustituido por agua mineral que se podía adquirir a un precio más económico.

El último director de la cervecería del convento fue el fray Pascual Lucero Sotomayor.

Con el pasar de los años, los quiteños han disfrutado de diferentes marcas que han ido desapareciendo. La investigación 'Plan de negocio para la apertura de una planta embotelladora de cerveza artesanal', de Jorge Martínez Hernández, señala que en la ciudad hubo otras fábricas como La Campana de 1882, la Cervecería del Machángara de 1886, Córdova & Mosquera de 1920, La Ideal, La Germania, San Blas, entre otras.

La Victoria era la más conocida entre los quiteños, que funcionaba en la avenida 24 de Mayo, entre las calles Imbabura y Chimborazo en donde ahora funciona un conjunto habitacional. El técnico cervecero alemán Arthur Sahm junto al filántropo quiteño Mariano Negrete la fundaron. A la par, La Ideal fue también fue muy apreciada entre los quiteños.

Algunos historiadores la consideran como la primera del país y fue creada por Guillermo Dammer. Su fábrica estaba localizada en el Centro Histórico, en la García Moreno y Simón Bolívar, a pocas cuadras del Palacio de Gobierno.

Para el historiador Manuel Espinosa Apolo, la cerveza de maíz, conocida popularmente como chicha, tiene más relevancia que la de cebada porque era consumida por los pueblos indígenas desde antes de la época colonial.

“Hubo variedad, las que han subsistido es la de jora y el yamor”, dijo el historiador.

A través de los siglos, el consumo de chicha bajó y la gente prefirió la ingesta del alcohol destilado, conocido como aguardiente. Desde inicios del siglo XX, la cerveza de cebada formó parte de la vida de los quiteños con la llegada de las fábricas como la desaparecida Victoria.

El primer viernes de agosto se conmemora el Día Internacional de la Cerveza en el mundo. En 2007, un grupo de amigos de California disfrutaba de unas cervezas en un bar. En ese momento les surgió la idea de instaurar un día mundial de la cerveza.

Jesse Avshalomov, Evan Hamilton, Aaron Araki y Richard Hernández lo pensaron: “Sería bonito homenajear a esta bebida cada año. Es la más famosa del mundo y debe tener un día señalado en el calendario”.

Pero no fue hasta 2012 cuando se decidió recordar definitivamente el Día Internacional de la Cerveza el primer viernes de agosto. Desde hace una década, en pleno verano, se celebra mundialmente esta fecha.