Se han planificado la construcción de varias obras emergentes para mitigar el fenómeno.
El Gobierno de Ecuador anunció este miércoles que acometerá trabajos de mitigación en un sector del río Coca, en la Amazonía, que sufre un fenómeno de erosión regresiva y que ha puesto en riesgo a poblaciones e infraestructuras petrolera y eléctrica con incidencia nacional.
El Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables informó que se ha planificado la construcción de varias obras emergentes para mitigar el fenómeno erosivo detectado en la zona de San Rafael, en el límite entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos.
El ministro de Energía, René Ortiz, indicó que esas obras se han planificado con base en unos estudios contratados por la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).
Ortiz dijo que las obras emergentes y el proceso de contratación para la construcción de las obras definitivas de mitigación se realizarán "de manera conjunta" con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y la petrolera estatal Petroecuador.
El proyecto, cuya inversión se calcula en unos 20 millones de dólares, incluye la construcción de "rampas de enrocado" y la ampliación del cauce del río Coca, lo que permitirá disminuir la velocidad de su caudal y, de esta forma, mitigar la erosión.
Esta primera fase del proyecto arrancará el próximo 15 de julio y se prevé que tenga una duración de noventa días, añadió el Ministerio en un informe.
Una segunda fase del proyecto, que demandará unos 240 días de trabajo, comenzará en agosto con la contratación del diseño de las obras definitivas, mientras que su ejecución arrancará en octubre con la construcción de puntos de control artificiales o puntos resistentes.
De forma paralela, la estatal Petroecuador inició este miércoles la construcción de la nueva variante de un oleoducto que cruza por el sector y que ya fue afectado en abril pasado por un socavón geológico generado por la erosión.
Con la nueva variante se busca prevenir una nueva afectación al Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), que sufrió una ruptura junto al privado Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), que corre paralelo.
Con una extensión de 786 metros, la nueva variante se prevé esté lista en unos quince días, añadió la Cartera de Estado, al precisar que Petroecuador coordinará las operaciones necesarias para no afectar el suministro de crudo para las refinerías del país o las exportaciones de crudo.
La erosión geológica en la zona ya ha afectado varios sitios vecinos como la cascada San Rafael, que era considerada la más alta del país, pero que desapareció de manera súbita por un socavón.
Además, en abril pasado otro fenómeno similar provocó la rotura del OCP, el SOTE y el poliducto Shushufindi-Quito, que corren paralelos en esa zona.
Asimismo, varios estudios plantean que el fenómeno pone en riesgo a la planta hidroeléctrica "Coca-Codo-Sinclaire" y al tramo de una carretera entre las poblaciones de Baeza y El Reventador, que cerró debido a la inestabilidad geológica.
Gonzalo Uquillas, gerente de Celec, aseguró que, tras los estudios realizados, se llegó a determinar que el fenómeno geológico no se generó por la construcción de la hidroeléctrica "Coca-Codo-Sinclaire", como se había especulado en un principio.
La rotura de los oleoductos en la zona de San Rafael, el pasado 7 de abril, generó un vertido de crudo que contaminó al menos dos ríos amazónicos y afectó a varias comunidades de la región.
El SOTE, de unos 500 kilómetros de longitud y que corre paralelo al OCP, tiene una capacidad de transporte de 360.000 barriles de crudo por día y une los campos de extracción en la región Amazónica (noreste) con los puertos de embarque en la provincia costera de Esmeraldas (noroeste).
Ecuador, que produce unos 530.000 barriles de petróleo diarios, basa su economía en la exportación de crudo, una de las principales fuentes de ingreso de divisas para una economía que está completamente dolarizada desde el año 2000.
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