Tres organizaciones distinas han entregado medicinas, equipos médicos y de protección.
El fideicomiso, una figura jurídica de rápida creación y que permite a un tercero auditar el uso del dinero ingresado al mismo, ha sido la forma en que la empresa privada ha elegido para ayudar a la ciudadanía durante la pandemia por el COVID-19 en Ecuador.
Salvar Vidas.ec, Sumar Juntos y el Comité Especial de Emergencia por Coronavirus en Guayaquil (CEECG) han donado miles de medicinas, equipos médicos y de protección a lo largo del país. Aunque son tres organizaciones distintas, la fórmula es la misma: receptar donaciones, coordinar con las autoridades públicas para identificar la necesidad primaria y entregar la ayuda requerida.
Por ejemplo, uno de los implementos más importantes y que escasearon durante el pico de la pandemia en el país fueron los respiradores. Salvar Vidas encontró en los respiradores de un solo uso la oportunidad para ayudar de manera rápida y eficaz.
"El primer objetivo era adquirir 3.000 respiradores de alta complejidad, pero en el pico de la pandemia también hubo un pico de especulación con equipos, insumos y medicinas en todo el mundo. Estados Unidos no permitía la exportación de estos respiradores, tampoco los permitía con facilidad Alemania y en Ecuador habían muy pocos", explica Guillermo Lasso, miembro del fideicomiso.
"Pero apareció una gran oportunidad: respiradores de un solo uso hechos en Sacramento, California (Estados Unidos). Dijimos bueno estos son los respiradores que necesita el Ecuador y aunque inicialmente ibamos a adquirir 2.000 respiradores terminamos comprando 6.000 de un solo uso (que cuestan 220 cada uno). Al mismo tiempo seguimos consiguiendo ventiladores de alta complejidad y de tapa intermedia, de los cuales obtuvimos 300", agrega.
Centros de salud en el cantón Gonzalo Pizarro de Sucumbíos recibieron insumos médicos de Salvar Vidas.ec
Mientras que Sumar Juntos vio la solución en reparar respiradores ya existentes, algo que ahorró mucho dinero y era, según su administrador, más eficaz y eficiente.
"Estaban mapeados 312 ventiladores a nivel nacional que estaban dañados y sin funcionar. Hemos hecho un trabajo en equipo con la General Motors y un grupo de voluntarios liderados por Jorge Luis Hidalgo y estamos reparando los ventiladores. Ya hemos reparado 120 respiradores con una inversión que es una décima parte de lo que hubiera costado repararlos en otras instancias y una vigésima parte de lo que cuesta un ventilador nuevo", aclara Paúl Arias, también director de la Fundación Crisfe.
En cambio, el CEECG, que aunque es un Comité trabajó a través de un fideicomiso, se enfocó en implementos de bioseguridad para los doctores, quienes estaban en la primera línea de enfrentamiento con el coronavirus.
"Lo primero que hicimos fue la importación masiva y conseguir localmente equipos de protección personal (guantes, mascarillas entre otros), eso ayudó muchísimo en detener los contagios en la primera línea", aseguró María Gloria Alarcón, vocera del Comité quien también señaló que su segundo punto fue alimentar a las personas que no podían trabajar.
"El 60% de la ciudad trabaja en el comercio informal por lo que el confinamiento era fatal para ellos, decirles que se queden en la casa era decirles que se mueran de hambre. Por eso es que trabajamos en conjunto con el banco de alimentos, la Iglesia Católica y se pudo brindar kits alimenticios y de higiene a cerca de 200.000 familias", añadió.
El Hospital Teodoro Maldonado Carbo del IESS recibe medicamentos por parte del CEECG.
Tanto Salvar Vidas como Sumar Juntos iniciaron con una donación de bancos, el primero recibió 5 millones del Banco Guayaquil, el segundo 10 millones del Banco Pichincha. Además, Salvar Vidas también recibió inicialmente 4 millones más de 2.500 donantes. Ambos fideicomisos siguen recibiendo donaciones e invirtiéndolas en ayudar al país mientras el COVID-19 se mantenga como una amenaza.
Según Lasso, hasta finales de junio ellos habían adquirido 7 millones de dólares en insumos médicos y 4 millones 300 mil ya habían sido entregados hasta ese momento. El resto de la inversión estaba en bodega, en trámite o era dinero en efectivo que el fideicomiso mantiene para seguir adquiriendo insumos. Por ejemplo, además de los respiradores, este fideicomiso compró 200 mil mascarillas KN95 para repartir entre los hospitales del país.
Mientras Arias señaló que Sumar Juntos, hasta el 19 de junio, había invertido más de 12 millones de dólares entre bioseguridad, diagnóstico (pruebas), Equipamiento y medicinas, siendo bioseguridad la arista que más dinero recibió; 5 millones lo que significa el 42% de la inversión.
"En el tema de medicinas hemos tenido un listado priorizado por el Ministerio de Salud Pública, calculo que fácilmente habremos entregado cerca de 1.000 toneladas de equipos de bioseguridad, medicinas y equipamiento en todo el país", dice.
Aunque no da cifras en dinero, Alarcón indica que el comité ha dado más de medio millón de mascarillas en la ciudad. Además de entregar medicinas a todas las provincias del país con excepción de Galápagos e Imbabura.
"Hemos entregado a todos los hospitales y sistemas de salud de El Oro equipos de protección personal y también a casi todos los hospitales públicos de Quito", afirma Alarcón.
En cooperación con la UEES, Sumar Juntos realizó pruebas PCR, otra de sus áreas de acción.
Como se puede apreciar, los tres movimientos solidarios han ayudado en varios sectores del país. Aunque el Comité Especial de Emergencia se creó para enfrentar el duro momento en Guayaquil, luego pudo expandir su ayuda a todo el país a través de donaciones que hacían tras recbir pedidos de ayuda.
Salvar Vidas fue entregando en los hospitales con más necesidad hasta llegar a "182 cantones de los 221 que tiene el Ecuador. En materia de provincias hemos llegado del Carchi al Macará, de Galápagos a Tiwinza", indicó Lasso que prometió llegar a los cantones restantes en los siguientes días.
Sumar Juntos fue "con la ola del virus", según explicó Arias. "Tenemos un sistema de distribución situacional, esto se refiere a que el virus y su incidencia se va moviendo. Entonces primero tuvimos una gestión específica y enfocada hacia Guayaquil, provincias del Guayas, El Oro, Santa Elena, Los Ríos y la parte sur de Manabí. Ahora estamos enfocados en sierra centro, sierra norte del Ecuador, eso no significa que dejamos de ayudar al resto del país", aclaró.
Los tres coinciden en que la figura del fideicomiso les ha permitido actuar de forma rápida y transparente, como la situación del país lo amerita. Además, sirve con un fin específico como el de esta crisis sanitaria, es por eso que Sumar Juntos y el CEECG se disolverán tras superarse el COVID-19 en Ecuador.
"Porque esto tenía un objetivo primordial, no está pensado en una permanencia en el tiempo, una vez cumplida la situación de emergencia, desaparecerá", dice Alarcón sobre el fideicomiso que creó el Comité, organismo que también se desintegraría tras la crisis ya que "así debe ser", remarca Alarcón.
Arias va por esa misma línea y asegura que "el fideicomiso es una gestión específica, para una situación específica en un momento específico". Es por eso que "la Fundación (Crisfe) seguirá velando por la ejecución adecuada de los recursos que han sido reservados, la fundación seguirá trabajando", enfatiza.
Mientras que Lasso sueña con que Salvar Vidas.ec se convierta a futuro en una fundación que ayude a los niños y jóvenes a salir de las drogas. "Yo creo que ahí hay una causa que Salvar Vidas pudiera tomar la carga, pero obviamente esas son palabras mayores porque estamos hablando de promover centros de atención médica para recuperar la vida de los niños y jóvenes que han caído en el consumo de drogas", reflexiona.
Más allá del futuro de estos fideicomisos, el presente muestra que siguen trabajando junto al sector público para tratar de que el país supere la pandemia, de extinguir las muertes y recuperar a los enfermos.
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