En enero del 2020, la ecuatoriana emprendió un viaje a África para iniciar lo que se convertiría en su misión de vida: ayudar a quienes más lo necesitan.
Ella es Fernanda Peñaherrera, y a sus 20 años ya ha dejado huellas inolvidables en un continente ajeno al suyo.
En enero del 2020, la ecuatoriana emprendió un viaje a África para iniciar lo que se convertiría en su misión de vida: ayudar a quienes más lo necesitan.
Visitó Kenia y Uganda, países marcados por la extrema pobreza, fue ahí que su voluntariado en varios orfanatos le hizo diseñar su organización 'subi' cuyo nombre tiene un significado especial.
"Fue navidad, yo pasé allá en Uganda, niños de orfanato, el dueño de este orfanato estaba dando un discurso y que ya se estaban rindiendo mucho, que ya iban a dejar y que llegue yo y fue como una luz de esperanza", agregó.
Acostumbrarse a las condiciones allá, no fue nada fácil, pero su vocación y el apoyo virtual de su familia la sostuvieron.
Realiza su trabajo a través de organizaciones locales, pero también, mediante el Instagram de su proyecto subi, ha logrado canalizar ayuda para decenas de niños africanos e incluso, la construcción de una escuela en una zona rural de Uganda.
Además, instruye a los líderes comunitarios para que emprendan sus propios negocios.
Actualmente, está en Jordania, donde sigue ayudando a más gente, pronto volverá a su tierra, Ecuador, donde pretende oficializar su organización subi.
En medio de su labor social, Fernanda se da tiempo también para estudiar 2 carreras universitarias a distancia, dice que para ayudar al prójimo solo basta con mirar a los extremos organizarse, hacer algunos ajustes y decidir a cambiar vidas en un mundo lleno de desigualdades.
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