Dos hombres, uno de 20 y otro de 29 años, son los principales sospechosos del femicidio cuádruple.
Los cuerpos de las dos mujeres y dos niñas que fueron asesinadas el domingo fueron despedidos por sus familiares en dos velorios organizados en el norte de Quito. Las investigaciones del crimen continúan al mando de la Fiscalía y los dos detenidos fueron formalmente acusados por el asesinato.
En la casa comunal del barrio Corazón de Jesús de Carcelén, fueron velados los restos de Jimena Espinoza de 24 años y sus dos hijas de 5 y 7 años. El único alivio de sus familiares es saber que hay dos detenidos y que una niña y un bebé, también hijos de Jimena, no fueron víctimas del crimen.
“Esto se llama femicidio, como todas las mujeres que han muerto en este país, no puede quedar esto así, es lo único que pedimos, nada más”, comenta Jenny Vizuete, hermana de la madre fallecida.
En el sector de Atucuho, también en el norte de la ciudad, la escena es la misma. Entre sus familiares se colocó el féretro con los restos de Susana ramos de 35 años. Sus dos hijas, de 18 y 14 años, no entienden lo que sucedió. Ella era su único apoyo además del sustento de su hogar, ahora sus seis tíos buscarán cómo ayudarlas.
Segundo Espinoza viajó desde Cuenca al saber del asesinato, y ahora en Quito solo espera acciones de las autoridades. “Esto no lo vamos a dejar así, vamos a luchar hasta lo último, tienen que pagar las consecuencias”.
Así fue la despedida de las cuatro víctimas del crimen por el cual hay dos hombres detenidos, uno de 20 y otro de 29 años, ellos deberán enfrentar una acusación por asesinato.
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