En Quito hubo cinco veces mayor contaminación a la habitual, durante los días de paro
Los gases lacrimógenos, la quema de llantas y de otros objetos provocó mayores niveles de contaminación
Durante las jornadas de movilizaciones que se registraron durante 18 días en Quito hubo una contaminación cinco veces mayor a la habitual, debido a la quema de llantas, gases dispersantes, bombas lacrimógenas, quema de madera, quema de basura, entre otros, de acuerdo con información del Municipio.
Ese incremento no fue permanente, había momentos en los que llegaba a un pico importante, debido a la exposición de gases contaminantes, pero jamás sobrepaso los niveles de la Norma Ecuatoriana de Calidad de Aire.
Los sectores donde se registra la mayor concentración de contaminación son precisamente aquellos donde hubo más conflictividad, por ejemplo en El Ejido, La Alameda, Carapungo y sus alrededores, el Centro Histórico, Guamaní y el sector de Chiriyacu.
La Secretaría de Ambiente tiene estaciones de monitoreo en los siguientes sectores: Belisario, Jipijapa, El Camal, Tumbaco, Centro Histórico, San Antonio de Pichincha, Los Chillos, Cotocollao, Carapungo, Guamaní; a través de los cuales monitorea la calidad del aire.
Cecilia Pacheco, secretaria de Ambiente del Municipio de Quito, le dijo a Ecuavisa.com que los niveles ya han vuelto a la normalidad y que la ciudadanía no tiene de qué preocuparse. Sin embargo, dice que las personas más afectadas por esos gases son niños, personas adultas mayores y quienes padezcan de alguna afectación respiratoria.
Daños a la flora y fauna urbana
Los daños al medio ambiente, durante el paro, no se centran únicamente en las afectaciones en la contaminación, también en la destrucción de árboles patrimoniales para usarlos como barricadas o para prenderles fuego.
La Secretaría de Ambiente determinó que fueron destruidos 67 árboles. Pacheco explica que la norma determina que por cada árbol se deben sembrar 10 con las mismas características; es decir 670, lo que tiene un costo de $270 mil para el Municipio
En cuanto a la fauna urbana, Pacheco explica que es complejo determinar en cifras las afectaciones; no obstante, dice que principalmente el sonido de las explosiones afecta a los animales domésticos y también a las aves que en muchas ocasiones abandonan sus nidos y sus crías no se desarrollan naturalmente.
Recomendadas