La contaminación por derrames de petróleo y explotación minera afecta las fuentes hídricas.
Las consignas en defensa del agua abundan cada 22 de marzo, cuando se conmemora el Día Mundial del Agua. Sin embargo, las afectaciones a las fuentes hídricas por contaminación de hidrocarburos y explotación minera son frecuentes en el país.
La última contaminación petrolera se dio el pasado 28 de enero de 2022 en la zona de Piedra Fina por la rotura del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), dentro del Parque Nacional Cayambe Coca. En esa ocasión, se derramaron 6.300 barriles de petróleo.
Las afectaciones similares en el Río Coca, que desemboca en el Río Napo, son recurrentes. El caso del 2020 fue el más grave registrado desde el 2009.
Alexandra Almeida, coordinadora del área de petróleos de Acción Ecológica, explica que hay algunos hidrocarburos que son solubles, otros que se evaporan y componentes que se depositan en los lechos de los ríos. En el caso del Río Coca, al verse recurrentemente afectado por los derrames petroleros, hay varios minerales que se mantienen en esos ecosistemas durante años y entran en la cadena alimenticia de las especies acuáticas, hasta llegar al consumo del ser humano.
Las personas más afectadas en esta zona pertenecen a la nacionalidad Kichwa, se trata de 105 comunidades integradas por 27 mil personas. Ellos se ubican en las riveras del río y sus fuentes de alimentación provienen de ahí; sin embargo, el agua del Río Coca era utilizada también por los habitantes de Puerto Francisco de Orellana hasta el 2020, cuando ocurrió el derrame más importante, ahora se capta de otras fuentes.
Almeida critica que las empresas responsables de los derrames en ocasiones actúan muy tarde: “ponen barreras cuando ya ha pasado la mancha del crudo” y por lo tanto, la contaminación llega a ser más grave.
En cuanto a la minería, las afectaciones a las fuentes hídricas se centran en diversas zonas del país. El caso de Íntag, en Imbabura, es uno de los más icónicos porque ha congregado a toda la comunidad en diversas acciones en defensa del agua.
La comunera Cenaida Guachagmira pertenece a la comunidad Cerro Pelado, en Íntag. Desde sus 13 años participa en diferentes acciones en defensa del agua.
La más reciente fue en relación a la concesión minera Llurimagua, donde se han identificado 42 fuentes hídricas en nacimientos de agua. Un fallo judicial negó una acción de protección con la que se buscaba acceder al derecho a la consulta ambiental para la extracción de cobre.
Los comuneros pretenden apelar a esta decisión de la Unidad Judicial Multicompetente de Cotacachi, argumenta que las muestras de agua no fueron tomadas en las fuentes hídricas de Íntag. Piden que se tome como precedente los casos Los Cedros y Sinangoe, en los que la Corte Constitucional determinó una vulneración a los derechos.
Ecuavisa.com le preguntó a Guachagmira por qué su lucha permanente por la defensa de Íntag, ella respondió: “defiendo este territorio no solo por mi bien personal, sino de todo el Ecuador”.
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