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Pichincha, Guayas y Manabí siguen siendo las provincias más afectadas. Foto: EFE/ José Jácome
En total, el país lleva 101.542 contagios y 6.070 fallecidos por el virus desde marzo.
Ecuador sumó este domingo 854 nuevos casos de COVID-19 en la última jornada y llegó a un total de 101.542 contagios, según el último informe del Comité de Operaciones de Emergencia (COE), que atiende la emergencia sanitaria por el coronavirus desde el pasado 29 de febrero.
En el rubro de fallecidos, el registro sumó 5 en un día para llegar a 6.070, aunque tiene 3.568 "fallecidos probables", uno más que la víspera, respecto a decesos con síntomas de esta enfermedad, aunque aún sin una certificación oficial.
En el registro sobre las 24 provincias del país, el COE informó que la de Pichincha, cuya capital es Quito, es la que más contagios acumula durante la pandemia, con 20.510 casos, 206 más que el sábado, y supera a la de Guayas, que tiene 18.327, 38 más que la víspera.
Otras de las provincias que acumulan más de 3.000 casos confirmados de coronavirus son Manabí, con 7.485 casos, Azuay (4.346), Santo Domingo de los Tsáchilas (4.254), El Oro (3.870), Loja (3.485) y Esmeraldas (3.415).
En el apartado de decesos, Guayas es la que más ha acumulado durante la pandemia con 1.666 fallecidos, seguido de Manabí (827), Pichincha (803), El Oro (347), Santa Elena (334), Los Ríos (321), Chimborazo (231), Esmeraldas (193), Tungurahua (177) y Loja (120).
Entre los municipios que sobrepasan los mil casos confirmados de coronavirus figuran los de Quito, con 18.571 contagios, seguido de Guayaquil (12.406), Cuenca (3.541), Santo Domingo (3.529), Loja (2.842), Portoviejo (2.300), Machala (1.821), Esmeraldas (1.426), Lago Agrio (1.267), Riobamba (1.212), Latacunga (1.126), Ibarra (1.091), Pastaza (1.038), Babahoyo (1.024) y Orellana (1.012).
El Gobierno ecuatoriano, con el afán de atajar el auge de la epidemia, prorrogó el pasado viernes por 30 días más el Estado de excepción que rige desde el pasado 16 de marzo.
Ecuador se encuentra en un proceso de cambio de fase de la estrategia epidemiológica para frenar al coronavirus, pues ha pasado del aislamiento masivo al distanciamiento físico, con el levantamiento paulatino y coordinado de las restricciones que entraron en vigor con el Estado de excepción.
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