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En cada provincia del país se ha destinado una ambulancia exclusiva para infectados con este virus
Existen dos hospitales de referencia en el país, donde sería atendido algún caso de ébola.
El ministerio de Salud Pública junto a representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran las medidas preventivas que se ejecutan en Guayaquil.
El virus del ébola es mortal y el principal riesgo se da con el ingreso de personas provenientes de África Occidental, por esta razón el ministerio de Salud Pública trabaja de manera coordinada con migración, aeropuertos, puertos y lugares fronterizos donde ya se han establecido procedimientos de control, así explica Pablo Acosta, director nacional de vigilancia epidemiológica.
“Se deben hacer las preguntas pertinentes para saber el paradero de la persona en los últmos 21 días y si la persona ha estado en África, esta es notificada al ministerio de Salud para hacerle el seguimiento respectivo”.
Existen dos hospitales de referencia en el país, en Quito y Guayaquil, donde sería atendido algún caso que se presente con el virus. En guayaquil es el hospital de Infectología que cuenta con un área habilitada y personal exclusivo para una posible emergencia.
“Se va aislar al paciente en el consultorio y este debe quedarse ahí hasta que llegue la ambulancia del ministerio para evacuarlo. Tenemos aproximadamente 80 personas preparadas en los hospitales donde se encuentra la referencia y adicionalmente tenemos 250 epidemiólogos capacitados en todos los procedimientos operativos”.
Además, en cada provincia del país se ha destinado una ambulancia exclusiva para infectados con este virus, esto dentro de la atención prehospitalaria.
Los trajes de protección que se utilizan en los países donde a llegado el ébola ya están en Ecuador.
Pese a no registrarse casos de ébola en el país, las autoridades siguen ampliando los programas de contingencia y prevención.
Esta enfermedad viral mientras no presente síntomas no es contagiosa y los tres primeros días empieza con fiebre hasta llegar a hemorragias que acaban con la vida de la víctima en un 90 por ciento de los casos.
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