Deudores de pensiones viven en hacinamiento carcelario

Personas detenidas por adeudar pensiones alimenticias comparten camas y pabellones con delincuentes de alta peligrosidad en centros de rehabilitación.

Ecuavisa visitó el Centro de Detención Provisional de El Inca, ubicado en el norte de Quito, y corroboró la situación de hacinamiento de los privados de libertad. En un pabellón con capacidad para 50 personas, se encuentran 164 detenidos y a ellos se suman las personas con apremio parcial, quienes acuden por las noches al penal.

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Una de las personas que están en prisión por no cancelar la pensión alimenticia a tiempo es Antonio Cacuando, de 73 años. El hombre padece artritis y explicó que, aunque su hijo ya es mayor de edad, la deuda no prescribe.

“Por capricho de la mamá me tiene aquí (...) No he podido pagar desde hace más o menos unos dos años. El muchacho es policía, la mamá me despreció y me dejó botando”, contó Cacuando.

Otro caso es el de Manolo Martínez, quien es tecnólogo en sistemas y se quedó sin empleo desde mayo de 2018. Él asegura que desde que dejó de trabajar solicitó la rebaja de la pensión y hasta la fecha no recibe la notificación de una audiencia.

Por la cantidad de detenidos en una cama duermen hasta tres personas en una cama, tienen un baño y deben usar camisetas anaranjadas como los demás privados de libertad que estan en prisión por violación, asesinato, narcotráfico y otros delitos.

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De acuerdo con el viceministro de Justicia, Julio Ballastares, el Estado busca el mecanismo para que los detenidos por apremio a nivel nacional sean trasladados a otros centros de detención donde no corran peligro.

A nivel nacional existen 826 detenidos por apremio, quienes permanecen en cárceles comunes compartiendo con presos de alta peligrosidad.

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