Deslave en Alausí: Secretario de Gestión de Riesgos dice que "se socializó" advertencia entre habitantes de Alausí

El secretario nacional de Gestión de Riesgos asegura que luego de la declaratoria de "alerta amarilla" en Alausí, donde un deslizamiento de tierra deja 7 fallecidos y 500 personas afectadas, sí hubo "trabajo en territorio" con los Comités de Operaciones de Emergencia (COE) de la provincia y del cantón, además -afirmó- se realizaron evacuaciones.

Este martes 28 de marzo, en entrevista en Contacto Directo, el titular de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR), Cristian Torres, señaló que "se socializó" la información entre la población en peligro, sin embargo, varias personas no quisieron abandonar sus viviendas.

Y es que, tras registrar las primeras grietas, en diciembre de 2022, en una carretera que atraviesa este cantón al sur de Chimborazo, funcionarios de la SGR realizaron estudios que concluyeron en febrero con la declaratoria de "alerta amarilla".

La advertencia se emitió para 247 hectáreas de Alausí que eran "susceptibles a movimientos en masa". El organismo señalaba que existían 241 viviendas estaban asentadas en zona de peligro y se requerirían, en caso de ser necesario, albergue para 573 personas.

En su informe, la SGR pedía a las autoridades locales y provinciales "que estén alertas" y realicen las "acciones inmediatas necesarias para proteger a la ciudadanía".

Hoy, Torres no se atrevió a señalar culpables de esta tragedia, pero adelantó que los municipios permiten edificaciones en zonas de riesgo.

Con corte a las 17:00 de este lunes 27 de marzo, el deslave en Alausí dejaba además de los 7 fallecidos y 500 afectados, 64 personas desaparecidas, 23 personas heridas, 163 viviendas afectadas y el estadio y el coliseo destruidos.

A última hora de este lunes llegó a la zona el presidente de la República, Guillermo Lasso, quien pidió guardar la esperanza en encontrar aún algunas personas con vida.

En caso contrario, el mandatario garantizó hacer todo lo posible para recuperar los cuerpos y entregarlos a sus familiares.

En una improvisada declaración cerca de la "zona cero", los vecinos pidieron al jefe de Estado que agilice las ayudas estatales y la llegada de maquinaria pesada, pero este señaló que puede ser contraproducente entrar con esos vehículos en un terreno aún inestable.

A la emergencia han acudido bomberos de ocho ciudades del país y equipos de búsqueda y rescate (USAR) de Quito y Cuenca, que junto a vecinos y personal de otras instituciones del Estado tratan de retirar escombros y hallar señales de vida.

Por eso, a veces, los rescatistas piden que se haga silencio absoluto para intentar escuchar alguna señal de eventuales supervivientes.

Allí andaba también Jacob, un perro que conmovió por su desesperación al intentar escarbar en el inmenso alud con el instinto de encontrar a su familia sepultada por el deslizamiento. Olfateaba y escarbaba, sollozaba y esperaba a que alguien le devuelva a los suyos.

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