Cerca de 300 reos se amotinaron y dañaron computadoras, equipos médicos y cámaras.
A $2,5 millones ascienden los daños ocasionados en el centro de rehabilitación social del Turi, en Cuenca. Cerca de 300 reos del pabellón de mediana seguridad están involucrados en el amotinamiento, donde fueron destruidos equipos médicos de un policlínico, computadoras y se sustrajeron medicinas para el tratamiento de las enfermedades de los presos.
Se trata del amotinamiento más grave que se ha registrado en esta cárcel, desde que se inauguró en 2014, según califican sus autoridades.
Las imágenes muestran los daños en el área del policlínico, donde equipos médicos, como los que se utilizan para medir la presión arterial, quedaron destrozados.
También se evidencia la destrucción en varias oficinas administrativas, donde las computadoras fueron lanzadas desde lo alto.
La directora de esa cárcel, María Belén Cabrera, confirmó que al menos 300 reos están involucrados en el amotinamiento del pasado domingo 1 de septiembre.
Otra preocupación es el robo de medicinas para el tratamiento de enfermedades graves o siquiátricas, que fueron sustraidos durante los incidentes. Ante el desmantelamiento de un centro médico, las atenciones han quedado suspendidas, por lo que los presos serán derivados a casas de salud.
Además, 133 cámaras instaladas en los pasillos de los pabellones, para monitorear la seguridad del centro, fueron dañadas.
Las autoridades han identificado a los responsables de los incidentes, quienes serán procesados ante la Justicia por el delito de destrucción de bienes públicos.
Asimismo, se investiga la relación de estos hechos con un caso de suplantación de la identidad de un reo, para asistir a una visita conyugal que no le correspondía.
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