13 reconocimientos internacionales recibidos en los últimos 5 años la ciudad azuaya.
Cuatrocientos cincuenta y siete años han pasado desde que se fundó la ciudad de Cuenca entre los cuatros ríos. En las noches, la ciudad ofrece una versión distinta de sí misma.
Sus iglesias iluminadas son un manifiesto de su historia y no solo ellas, casi todos sus espacios se enmarcan en una composición estética de la que todos sus habitantes se sienten orgullosos. ''Conozcan la ciudad, disfruten el patrimonio cultural, natural'', dice Julio Recalde, operador turístico.
Trece reconocimientos internacionales recibidos en los últimos cinco años enmarcan el despertar turístico de esta ciudad patrimonio cultural de la humanidad, lugar favorito de viajeros, mejor lugar de retiro, mejor lugar de deportes de aventura.
La plaza de las flores de la ciudad fue escogida por la revista National Geographic como el mejor mercado de flores al aire libre del mundo entero, ubicándose por encima de países como Francia, Holanda y Sudafrica.
Cristina Pauta, tiene 10 años trabajando en un puesto familiar que lleva aquí casi medio siglo. Su trabajo es de paciencia y de cuidado, ella cuenta que nunca esperaron un reconocimiento a sus cotidianidades: ''Nos enaltece como cuencanos y personas que trabajamos aquí porque hemos sido tomados en cuenta''.
Gladys Eljuri, directora ejecutiva de la Fundación Municipal de Turismo, ella señala que los visitantes han crecido exponencialmente desde el 2007.
Como actividad el turismo ocupa a 8 mil personas directamente, pero sus habitantes conocen que esto podría crecer.
La infraestructura está lista, Tania Sarmiento, propietaria del Hotel Inca Real, el primer hotel boutique que se creó en la ciudad, hace 22 años, comenta que pese al incremento de visitantes, falta mucho por crecer.
En Cuenca cada vez es más común encontrarse con extranjeros, ellos forman parte de los seis mil residentes que llegaron a la ciudad para vivir su retiro. Mark Henson, es uno de ellos, él piloteaba un helicóptero para la cadena NBC, en Seattle y dice que ya no volverá a levantar el vuelo.
''Estoy buscando mi hogar de retiro en Ecuador y encontrado a Cuenca, me gusta porque es segura, amable'', señala.
Pero más allá de su majestuosidad, de su historia, de su adoquín y de sus tejas, Cuenca expone su patrimonio intangible, su gastronomía, su cultura, el cantado de su gente. Por todo eso, Cuenca se convierte en objetivo de nacionales y extranjeros, abierta de brazos para recibir a todos.
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