Completamente cerradas están las 60 universidades públicas y privadas de Ecuador.
La crisis económica y el confinamiento ha dejado grandes afectaciones en las universidades privadas del país. Aseguran que todavía no hay cifras exactas de la deserción de alumnos, pero que evidentemente existe una disminución. Otra preocupación son las prácticas académicas que también están suspendidas.
Completamente cerradas están las 60 universidades públicas y privadas que tiene el país. Los alumnos y profesores están confinados. Los patios y las instalaciones de las instituciones superiores lucen vacías.
En la Facultad de Comunicación de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil existe una disminución de estudiantes. "Un 20% decidió no estudiar en este ciclo. De alguna manera están muy perjudicadas las universidades porque el presupuesto está hecho ya en base a un porcentaje de alumnos que por lo general tiene", comentó Efraín Luna, director de la carrera de Comunicación.
El vicepresidente de la Asamblea de la Educación Superior, quien además es rector de la Universidad Espíritu Santo, Joaquín Hernández, menciona que no hay una cifra oficial sobre la deserción de los estudiantes, pero recalca que son varias las razones. "No solo es económico, también por traslado, movilización o situación del estado de salud de familiares. En general esto nos está afectando a todas las instituciones".
Pero hay otra preocupacion, en la última resolución, el COE Nacional ratificó la suspensión de las clases en las universidades del país y aún no hay una fecha especiífica para que los alumnos retomen las prácticas académicas. "Es importante retomar esa presencialidad controlada para la educación, sobretodo la parte práctica que necesita laboratorios", dijo Gilda Alcívar, rectora de la Universidad Ecotec.
Todos coinciden en que las universidades privadas han invertido en plataformas digitales para que los alumnos puedan recibir sus clases. "Lo que hemos tenido que hacer es innovar, crear, ofrecer nuevas formas de aprendizaje", afirma Hernández.
Ahora, esperan que las autoridades nacionales autoricen la reapertura de las universidades para no correr el riesgo de que las carreras universitarias no se vuelven totalmente teóricas.
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