La cantidad de pacientes con el virus sobrepasa la capacidad de las casas de salud.
Quito concluye la semana con un número creciente de contagios y un sistema hospitalario que no da más. Por ejemplo, en el Carlos Andrade Marín, los pacientes con coronavirus esperan un espació en la Unidad de Cuidados Intensivos.
En una segunda sala están los pacientes con un cuadro más complejo. Los médicos hacen lo que pueden: improvisan conexiones y optimizan los espacios.
En el hospital de la Policía tampoco hay espacio. Los pacientes continúan llegando y las 15 Unidades de Cuidados Intensivos han colapsado.
Salas llenas, los equipos a su máxima capacidad y la actividad de los médicos que no se detiene. Las 60 camas para atender pacientes con coronavirus están ocupadas.
En el hospital Pablo Arturo Suárez también están saturados; los médicos y demás personal se doblan para poder atender.
Los directivos de los hospitales adecúan otros espacios, pero habilitar una cama para cuidados intensivos significa más médicos, más equipos, más infraestructura. Por ello, conseguir una cama en este momento resulta casi imposible.
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