Según opositores, expresidente sorteó todas las denuncias durante su mandato.
En los 10 años como presidente de la República, Rafael Correa sorteó todas las denuncias en la justicia. Según sus detractores políticos, porque la tenía controlada.
Las cosas cambiaron desde que dejó el poder, en 2017. Hoy está en condición de prófugo y es investigado en trece procesos por varios delitos.
Por peculado, desde junio de 2018 tiene orden de prisión por incumplir la medida cautelar en el caso del secuestro de Fernando Balda.
Además, se lo investiga por la reconstrucción de Manabí tras el terremoto de 2016; la utilización de recursos del IESS; por deuda pública, en la emisión de papeles del Estado a cambio de recursos con instituciones como el Banco Central.
También por mal uso de los aviones presidenciales y la preventa petrolera con China. Por fraude procesal en el caso González y otros, y la acusación de Mery Zamora, expresidenta de la UNE.
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Por instigación, tras una denuncia de la Comisión Nacional Anticorrupción por el 30S, día de la revuelta policial. Por robo calificado, del activista Fernando Villavicencio tras el allanamiento a su domicilio.
Por delito de odio, presentado por el capitán de la Armada, Edwin Ortega. También por delincuencia organizada, en la fallida construcción de la Refinería del Pacífico.
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Por tráfico de influencias, por la conocida "metida de manos en la justicia" presentada por varias organizaciones sociales.
El jueves 25 de julio de 2019 la Fiscalía solicitó audiencia para vincular al expresidente en la investigación 'Sobornos 2012-2016' por presuntos aportes ilegales al movimiento Alianza PAIS.
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