Cómo preparar a los niños para disminuir el impacto al retorno a clases presenciales
Psicopedagogos recomiendan a los padres establecer rutinas, hábitos, horarios y controlar los dispositivos que han usado en estos dos años de clases virtuales
Entre esta y la próxima semana, miles de alumnos del régimen Costa y Galápagos volverán a clases presenciales obligatorias luego de dos años de pandemia del COVID-19 en Ecuador. Educadores dan recomendaciones a los padres de familia para que ayuden a sus hijos a reducir el impacto del retorno tras dos cursos lectivos de haber estudiado desde casa.
María Auxiliadora Velarde, directora del Liceo Panamericano Centenario, dice que lo más importante es que los padres conversen con sus hijos sobre lo que van a encontrar en la presencialidad, sobre todo aquellos niños que no han hecho escolaridad.
La educadora habla de la impotancia de adaptase a nuevos hábitos desde casa, "porque antes, en la virtualidad, los chicos se servían el desayuno a una hora diferente, dormían y se levantaban a una hora diferente, vestían de otra manera, muchas veces solo con la camiseta de la institución para aparecer en pantalla, así que tenemos que volver a los hábitos, normativas y reglas que teníamos antes de la pandemia".
Lo mejor sería que los padres promuevan estos cambios de hábitos antes del ingreso a clases, "pero sabemos que es muy difícil porque los chicos siempre quieren aprovechar sus vacaciones hasta el último día".
En su experiencia como educadora, Velarde ha visto que no adaptarse a esos cambios luego de las vacaciones causa dificultades a los alumnos. "El padre de familia debe hacerle una rutina en los hábitos del niño, establecer horarios para ver televisión, cenar, bañarse, acostarse, levantarse, desayunar", recomienda.
CONTROL PARENTAL
Los alumnos han vivido estos dos años pegados a las pantallas de celulares, tablets o computadoras. El cierre repentino de los establecimientos educativos para proteger la salud de estudiantes y docentes hizo que se adapten a este estilo de vida escolar, desde casa, y ahora el reto es desconectarlos.
En estos dos años de pandemia, la mayoría de los alumnos se volcó por completo al uso de dispositivos, pero únicamente para recibir clases, sino que después de ellas -y a veces en medio de las clases cirtuales- veían otros videos y juegos.
Lamentablemente la pandemia hizo que los padres bajaran la permisividad de la exposición a la televisión y el internet, comenta Velarde, "antes se permitía tener celulares a chicos de 16 años, ahora hasta los más pequeños tienen un celular en sus manos".
Para controlar su uso, la directora del Liceo Panamericano Centenario pide a los padres que controlen el tiempo frente a la computadora en casa y el uso que se le da, que sea para actividades provechosas.
Hoy en día los equipos tecnológicos tienen el "control parental" para que dejen de funcionar a determinada hora y para que los padres bloqueen el acceso a las páginas que deseen.
Y esto es importante, recalca, para todas las ededes, desde los más pequeños, acostumbrados a videos infantiles, hasta los más grandes que están hiperconectados a redes sociales.
El uso de la computadora en casa continuará.
Muchas instituciones ya tenían plataformas digitales para el control de tareas que estaban más dirigidas a los padres, pero esas se adaptaron para que los alumnos en la virtualidad vieran clases, subieran deberes y realizaran más actividades. Esas plataformas seguirán en uso para el desarrollo de las actividades académicas.
La tecnología ayudó a los estudiantes a adaptarse a las circunstancias de una pandemia que aunque hoy en día reporta cifras bajas de contagios, pudiera volver con un rebrote, sobre todo ahora que se ha dispuesto el fin del uso obligatorio de la mascarilla en lugares abiertos, aunque en los cerrados, como las aulas, llevarla puesta sigue siendo una obligación.
Esta modalidad prolongada tuvo sus consecuencias a nivel emocional y educativo por lo que ahora son muchos los estudiantes, principalmente los que hace dos años debían ingresar a educación inicial, los que necesitarán tener un periodo de adaptación a la presencialidad.
El psicopedagogo del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia, George Ronquillo, explica que en el caso de los más pequeños deben recibir una etapa de refuerzo en la que desarrollen habilidades psicomotrices, relación tiempo y espacio, identificación de colores y formas.
A nivel social, los más pequeños necesitan establecer esa interrelación que no han tenido físicamente con sus compañeros y profesores para evitar que desarrollen cuadros de ansiedad por no tener a sus padres cerca, situación a la que estuvieron adaptados durante estos dos años.
Ronquillo señala que las actividades educativas las pueden reforzar desde casa; sin embargo, lo recomendable es que asistan a lugares o centros psicopedagógicos y pedagógicos donde los chicos no solamente van a recibir una ayuda para reforzar sus habilidades y sus destrezas de aprendizaje, sino que también reciben un refuerzo emocional de base, sostiene el especialista.
“Es importante hablar con los hijos antes de que ingresen a clases y mientras se adaptan a la presencialidad para saber si tienen alguna preocupación y de esta manera entenderlos y orientarlos a tiempo”, dice el especialista.
En este contexto y dentro del proceso de adaptación a la presencialidad escolar, las unidades educativas de la Junta de Beneficencia, José Domingo de Santistevan y Santa Luisa de Marillac, abrieron cursos de nivelación para los estudiantes matriculados desde inicial II hasta 10mo año, donde pudieron reforzar los conocimientos adquiridos en modalidad virtual e interrelacionarse con sus compañeros, profesores y las aulas escolares.
MANEJAR LA FRUSTRACIÓN
La especialista Jéssica Lucero, máster en intervención educativa y psicológica, dice que es importante darle un tiempo de adaptación a los niños y recomienda a los padres validar sus emociones, pues lidiar con vacíos educativos o los cambios de horarios y hábitos puede ser frustrante para los menores.
"Deben escuchar por qué están enojados y decirles cómo llegar a soluciones, porque la manifestación de llanto, ira o enojo es tan válida como las manifestaciones de felicidad, los padres deben tener en cuenta que la salud mental de los chicos es muy importante".
En estos dos años de pandemia, dice la miss Jéssica, se ha venido trabajando en la contención emocional porque en casa siempre hay situaciones que desde la pantalla no se puede conocer.
Lucero reocomienda analizar factores externos como bloquear páginas con el control parental "porque hay chicos que se han quedado jugando o viendo videos hasta las 3 o 4 de la mañana, a escondidas de sus padres, y hay que cambiarles esos hábitos o se dormirán en clases presenciales".
Cuando se regulen esos factores externos, se debe enfocar en los internos, en la adaptabilidad, "no esperen dos días antes de comenzar clases porque sino en las mañanas lo que van a tener como padres son berrinches y rabietas".
El padre no debe responder a la frustración de su hijo, sea cual sea la cuasa, con otra frustración, dice Lucero: el adulto es quien debe saber controlarse para llevar la situación a la calma, no ponerse de igual a igual con el niño, porque de ser así, el menor no va a aprender a controlar sus emociones.
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