18 dic 2020 , 01:48

Cerca de 1.000 familias que habían invadido fueron desalojadas

   

El desalojo se hizo la madrugada de este viernes en Machala.

Con maquinaria pesada eran destruidas una a una las casas de caña y zinc que desde hace cinco meses se levantaron en 38 hectáreas de tierra -propiedad del Cuerpo de Ingenieros del Ejército- ubicadas en Puerto Bolívar, El Oro.

 

Datos de inteligencia revelaron que en el sector estaban asentadas unas mil familias, pero solo el 40% dormía en el lugar, así lo detallo Galo Erazo jefe del operativo.

 

"No habían muchas viviendas que tengan cierta cantidad de enceres, entendemos que parte de los invasores son personas que a lo mejor fueron engañadas con falsas promesas porque estamos ante un presunto delito de uso ilegal de suelo o tráfico de tierras", dijo Erazo.

 

Algunos de los ocupantes desmontaban las paredes de sus casas mientras otros cargaban sus pocos enseres de entre los escombros.

 

Rosa Fallain y Mayra Reyes dicen que invirtieron 200 dólares en ese lugar porque no tienen donde vivir con sus hijos.

 

"Nos vienen a votar como perro, ni siquiera dicen ya le voy ayudar, mire yo tengo un hijo discapacitado aquí no sé dónde vivir, estoy viendo aquí donde ir, a mi marido lo botaron del trabajo, no tenemos ni siquiera para un pan para comer", dijo Mayra Reyes.

 

La policía determinó que cada familia pagaba a dos dirigentes para permanecer en los terrenos. El que ingresaba tenía que pagarle 50, 100 dólares, según por posesión. "A diario nos sacaban dinero, diez dólares, cinco dólares, tres dólares, que según él era para la luz, para el agua", dijo un ocupante en la zona.

 

Hace tres meses, la Fiscalía abrió una investigación por uso ilegal de suelo y tráfico de tierras en el sitio. Evelin Montalván, de la Secretaría Técnica de Prevención de Asentamientos Humanos Irregulares, estuvo en el operativo.

 

En el desalojo actuaron 1.000 servidores públicos, entre militares, policías, funcionarios del Municipio y Gobernación de El Oro. Los predios permanecerán custodiados por uniformados para evitar que otra vez sean invadidos.

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