Es una de las reservas ecológicas más importantes del Ecuador.
La Ruta del Sur de 'Ecuador Sobre Ruedas' visita el corazón del Parque Nacional Cajas, ubicado a 20 kilómetros de la ciudad de Cuenca. Rafael Hernández realizó una excursión atravesando esta reserva natural y nos muestra algunos de los paisajes únicos que ahí se encuentran.
Conocido como 'El Cajas', esta es una de las reservas ecológicas más importantes del país. Juan Carlos Quezada, biólogo y guía experto en el parque, explica que sus montañas ya eran recorridas a pie, siglos atrás: “El Cajas era un sitio de paso, de transición entre las yungas o las tierras bajas y la ciudad de Tumipamba o lo que se conoce ahora como Cuenca. Era parte del ramal del camino del inca que conectaba con el oeste”.
La primera parada es un sector conocido como 'Tres Cruces', el punto más alto de la carretera entre Guayaquil y Cuenca. Juan Carlos cuenta que ya en la época del inca era una costumbre rendir tributo a los que, por varios motivos -como el frío y el cansancio-, morían en la ruta, luego vino la colonia y con esto la religión católica, pero el homenaje continuó.
“Decir un Padre Nuestro en memoria de la gente que había perecido y tras de eso, pues como simbolismo de buena suerte, debía dejar la piedra en la base de la cruz y continuar su trayecto”, indica.
Al adentrarse en las montañas solo se puede avistar rocas, charcos y vegetación, a cada paso se puede encontrar alguna nueva flor o planta. Lo que hace único a Cajas es precisamente la variedad de animales y plantas que lo habitan, hasta un pequeño riachuelo alberga peces.
Para un turista sin experiencia en ese terreno, descansar cada cierto tiempo se vuelve necesario. Sin embargo, el guía que conoce cada secreto del parque, tiene la solución, una planta conocida como 'Tipo': “Esta es una planta que tiene uso medicinal para el tema de dolor de estómago, con problemas de estomacales y directamente con el tema de soroche, es un descongestionante muy bueno”.
Se calcula que en todo Cajas hay 800 cuerpos de agua, algunas son lagunas incluso más grandes, pero también hay arroyos medianos y pequeños.
De repente, el paisaje cambia por completo, ni parece que uno sigue en la misma reserva. El sol se pierde en medio de los árboles que cubren nuestras cabezas y que en algunos casos se enredan cruzándose hasta en nuestro camino. Es un bosque de árboles llamados 'Polilepis', aunque también se los conoce de otra forma indica Quezada: “Lo característico de este árbol es por ejemplo la piel, esta piel se siente como papel, por lo general se la encuentra cerca de grandes concentraciones de agua. El comportamiento del árbol es irse pelando, irse descascarando como mecanismo de defensa para evitar las plantas parásitas que puedan afectarlo”.
Luego de salir del bosque, la ruta parece un poco más fácil. Si uno quiere puede acampar en el parque, pero la recomendación es no hacerlo solo, registrarse con las autoridades del parque antes de salir y de ser posible ir acompañado con un guía.
La experiencia vale la pena.
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