El allanamiento se dio dentro de las investigaciones por la desaparición del joven David Romo.
Dos meses de investigaciones permitieron a la Policía Judicial descubrir esta vivienda ubicada en la parte alta del barrio Pisulí al nor-occidente de Quito, donde funcionaba un centro clandestino de aparente rehabilitación de jóvenes adictos a la droga y al alcohol.
Encontraron 17 jóvenes uno de ellos menor de edad, permanecían en calidad de internos en condiciones infrahumanas. Presuntamente sometidos a maltratos físicos y psicológicos, según lo confirma el fiscal Fabián Salazar.
Algunos pacientes eran ingresados, incluso bajo el consentimiento de sus familiares, quienes pagaban 150 dólares mensuales por una aparente recuperación.
En este centro que funcionaba sin permisos, los pacientes no recibían una alimentación adecuada y dormían en estas instalaciones pestilentes.
Junto a las casa de tres pisos funcionaba un tipo camal clandestino, donde los jóvenes dentro de la supuesto tratamiento eran forzados a trabajar.
La fiscalía investiga en vista que existen versiones que aseguraría que el joven David Romo, quien desapareció el pasado mes de mayo.
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