Las altas temperaturas provocan deshidratación y alteraciones en la piel

Tratar de contener las altas temperaturas que soporta Ecuador, en estos días, es un desafío en urbes costeras como Guayaquil. Más si en ese hogar no hay aire acondicionado y los techos son de zinc, como ocurre en sectores como el suburbio del puerto principal.

Patricia, por ejemplo, elevó el tumbado y a diario abre las puertas, pero no es suficiente para aplacar la fatiga. "El sol pasa con fuerza. Tengo un niño especial que lo tengo con ventilador encedido porque la sofocación es terrible".

Se gana la vida en la calle cuidando carros, actividad que la obliga a usar buzo y gorra, pero reconoce que no abastece y ha padecido deshidratación.

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En el restaurante de don Emilio Rojas, también en el suroeste, el ventilador se ha vuelto indispensable para la jornada, pero aún dentro de su negocio el calor es insoportable. "Hemos tratado de sacar las mesas afuera para que el ambiente sea más fresco y no tener problemas con los clientes. Lo hacemos para que no bajen las ventas".

Los cambios de temperatura también se evidencian en la salud. Un ejemplo: ya no son 100, sino 200 los pacientes de dermatología que semanalmente acuden al hospital Abel Gilbert Pontón, afectados por el calor que, dependiendo de la edad, se presentan con diferentes signos.

“En niños la dermatitis atópica. Lo más característico en los adultos son las manchas hiperpigmentadas como el melasma o cloasma”, dijo Rodrigo Huacho, jefe de Dermatología del Abel Gilbert Pontón.

Pero otro diagnóstico común en adultos mayores es el fotoenvejecimiento; es decir, la pérdida de la elasticidad de la piel cuya causa principal es la exposición al sol. Según estimaciones del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), para este fin de semana la ola de calor ya abrá disminuido.

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