Alimentos con plomo: ¿cómo llega a la comida, cuánto afecta al organismo y qué hacer para contrarrestarlo?

Luego de que en noviembre de 2023 la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) hallara niveles elevados de plomo en una compota de elaboración ecuatoriana, las alarmas se activaron.

La Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) intensificó los controles y, hasta el 21 de enero, determinó que seis productos están contaminados.

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Descartó que la producción de WanaBana tenga plomo, pero sumó al listado dos marcas de salsa de tomate, una de morcilla, una de canela en polvo, una de nuez moscada y una de premezcla para helados. Puede revisar la lista completa haciendo clic aquí.

Al ser un metal tóxico, la ingesta prolongada de plomo puede causar daños a la salud, según alerta la Organización Panamericana de la Salud. Pero ¿cómo llega a los alimentos?

Hugo Navarrete, director de investigación de la Universidad Católica del Ecuador (PUCE), señala que el plomo es un metal pesado bastante común y relativamente abundante en la naturaleza. Sin embargo, aparece junto con otros metales que se han utilizado por casi tres mil años para la construcción, por ejemplo, de cañerías desde el imperio romano.

Hasta hace poco se usaba para aumentar el octanaje del combustible o en la preparación de pinturas. Pero aproximadamente en los años 70, del siglo pasado, las investigaciones determinaron su riesgo para los humanos y dejó de utilizarse.

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Hoy, el plomo permanece en el ambiente, principalmente por actividades de minería ilegal y residuos de usos anteriores.

El plomo puede ingresar en el organismo de dos formas, explica el médico especialista en radioterapia oncológica y docente universitario, Raúl Puente.

La primera es mediante la respiración; las personas pueden inhalar el metal que se encuentre en el aire por desechos mal gestionados, pero esta apenas representa el 2 % de probabilidades. El 98 % llega al organismo mediante el agua o alimentos contaminados.

El médico especialista explica que la ingesta frecuente y a largo plazo del metal puede derivar en afecciones a la salud. Estos son menos probables en adultos, pues logran desechar hasta el 99 % del plomo que ingieren; no así los niños que eliminan máximo el 70 %.

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Estudios realizados por la Clínica Mayo, en Estados Unidos, señalan que niñas y niños menores de seis años son especialmente vulnerables a la intoxicación con plomo. En ellos, el metal genera anemia, se deposita en los huesos e impide el crecimiento normal. Además, puede causar daños permanentes en el sistema nervioso, agrega el especialista.

En adultos, las altas concentraciones del metal que se acumuló durante varios años también puede ser perjudicial. El médico Raúl Puente detalla que las enfermedades más comunes en este grupo también incluyen a la anemia y alteraciones neurológicas.

El cambio en la sensibilidad es uno de los primeros síntomas. "Empiezan a tener hormigueos, arañitas, cambios en la percepción del calor - frío, pérdida del equilibrio y cambios de estado de ánimo radicales". Agrega que aún no se ha comprobado que este metal influya en el aparecimiento de cáncer en las personas.

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Si estos síntomas aparecen luego de varios años, ¿cuánto plomo es aceptable en el organismo? Lo explica el investigador Hugo Navarrete.

Raúl Puente indica que la mayor contaminación llega a los alimentos mediante agua que tuvo contacto con baterías viejas o desechos de la minería ilegal. El otro porcentaje llega a través del aire, también por las mismas causas, por lo que recomienda lavar bien los alimentos antes de comerlos y regular el consumo de cárnicos: "El agua que ellos consuman no debe estar contaminada", añade.

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Además, brinda otras recomendaciones que ayudarán a eliminar de mejor forma el plomo del organismo, en caso de ingerirlo.