La corrupción incidió en la interrupción de la operación del Puerto de Esmeraldas
El declive del puerto de Esmeraldas se debe al desvío de fondos, contratos ficticios y los gerentes sin perfil.
Hasta el año 2010, el puerto de Esmeraldas generaba entre USD 12 y USD 15 millones anuales mientras estuvo concesionado al consorcio Puerto Nuevo Milenium que debía tenerlo durante 25 años.
Decisiones políticas del gobierno de Rafael Correa volvieron el Puerto a la Administración Pública y en cuestión de 4 años, dice el actual gerente de Autoridad Portuaria, Rafael Páez, se dieron cuenta de que no había inversión, tampoco ni modernización y el declive del puerto tiene, entonces, origen en el manejo político. El puerto empezó a perder clientes y generar perdidas.
"Viene la debacle e indicadores principales que usted puede analizar y catalogar un puerto son los rendimientos de carga y el tráfico de buques".
Mientras que Félix Avellán, empresario naviero, expreso:
“Nadie se dio cuenta en aquella época de los fines oscuros que ocultaba esta evolución del puerto del pueblo, y este es el resultado, tener un puerto sub utilizado”.
La designación de gerentes sin perfil, el desvío de fondos, contratos ficticios, y la corrupción en el manejo de la Autoridad Portuaria explican, según el alcalde de Esmeraldas, Vicko Villacís, el descuido del puerto.
“Es que Esmeraldas pareciera que a veces no perteneciera al Ecuador, las políticas se manejan para sectores específicos, para familias y no habido un proyecto Ecuador, un proyecto país”.
La corrupción ha hecho su parte. Según la Contraloría General del Estado, desde el 2011 hasta la fecha se han firmado seis contratos para dragar el puerto comercial y el puerto pesquero y como se ve, el problema está intacto.
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Las lanchas y canoas deben sortear el banco de arena para entrar y salir, ceder el paso porque ya una isla los bloquea.
Ahí están guardacostas de la Armada y remolcadores de Petroecuador. Si este momento hubiera un derrame de petróleo en el terminal de Balao, los barcos de Petroecuador no podrían salir, por la escasa profundidad de las aguas.
Uno de los últimos contratos para el dragado de sedimentos se firmó en 2022 y fue por un USD 1 millón 470 mil, la empresa Savimacoll contratada de forma directa y por emergencia debía dragar 230 mil metros cúbicos de sedimentos, solo movió 137 592 metros cúbicos de arena.
Según Contraloría, se pagó por una obra incompleta y mal hecha. Nunca el puerto obtuvo la profundidad de 12 metros de calado que se requería. Inocar nunca certifico la profundidad.
El exministro de Obras Públicas, Gabriel Martínez, anunciaba la ampliación de 150 metros del puerto de Esmeraldas y el reforzamiento de los muelles dos y tres, en el año 2021.
“Con esta inversión de USD 20 millones estamos potenciando esta facilidad portuaria para poder traer inversionistas y traer más negocios”.
Los pilotes y planchas que iban a ampliar el puerto nunca se colocaron, quedaron entre la maleza. Las irregularidades en la adjudicación a la empresa JPDR terminaron en denuncias penales por peculado y Esmeraldas otra vez perdió.
11 funcionarios públicos son procesados por la justicia y esto es apenas una parte de la historia de lo que paso con el puerto que generaba.
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