Organización Internacional de Trabajo pide “estrategias inmediatas" para paliar los daños.
La pandemia por COVID-19 destruyó al menos 34 millones de empleos en América Latina y el Caribe y podría hacer crecer las desigualdades de la región, por lo que la Organización Internacional de Trabajo pidió el miércoles que se adopten “estrategias inmediatas" para intentar paliar estos daños.
“Enfrentamos un desafío sin precedentes, el de la reconstrucción de los mercados laborales de la región, lo cual implica enfrentar fallas estructurales que se han agudizado con la pandemia, como son la baja productividad, la alta informalidad y la desigualdad de ingresos y de oportunidades de trabajo decente”, dijo el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro, según recoge un comunicado de la entidad.
A principios de agosto, la OIT hablaba de la destrucción de 14 millones de empleos lo que supone que en menos de dos meses se han perdido otros 20 millones, pese a que se han suavizado las medidas de aislamiento en todos los países de la región y se dio en las últimas semanas un “contexto de incipiente recuperación”.
La OIT alertó en su informe sobre “la drástica contracción del empleo, de las horas trabajadas y de los ingresos” pese a que a partir del tercer trimestre de 2020 “se detecta una recuperación en los niveles de actividad económica y que los primeros datos revelan una incipiente recuperación del empleo y un retorno a la fuerza laboral”.
El documento se elaboró con la información disponible de nueve países que representan más de 80% de la población económicamente activa de la región, según el organismo.
Las últimas estimaciones dan cuenta de que América Latina y el Caribe es la región con mayor contracción en las horas de trabajo en todo el mundo, con una pérdida estimada del orden del 20,9% para los tres primeros trimestres de 2020. Esta cifra casi duplica la estimada a nivel mundial, 11,7%.
Por otra parte, los ingresos por trabajo se contrajeron en 19.3%, muy por encima de la tasa mundial de 10,7%.
La OIT llamó la atención también en su informe que los trabajadores más afectados por la crisis están entre los sectores de población de menores recursos, con empleos informales o en situación de desventaja y vulnerabilidad.
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