La ejecución de proyectos eléctricos en Ecuador puede tardar hasta una década

Los proyectos de generación eléctrica en Ecuador pueden tardar más de una década en concretarse, incluso cuando ya han sido adjudicados y firmados los contratos. A pesar de los apagones que afectan al país, el Gobierno Nacional ha buscado destrabar iniciativas energéticas, pero la firma de contratos no garantiza su construcción inmediata. La burocracia y los trámites necesarios para obtener permisos y licencias son largos y complicados, lo que frena el desarrollo de estas obras.

En Ecuador, más de una década puede tomar planificar y ejecutar un proyecto de generación eléctrica con capital privado. Este es el caso de diez iniciativas que han sido adjudicadas en los últimos años, con contratos firmados y compromisos de inversión, pero que aún no han comenzado su construcción. Dos de esos proyectos, el parque solar El Aromo (Manabí) y el eólico Villonaco (Loja), fueron adjudicados en 2020, pero tres años después todavía están detenidos.

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En los últimos días del Gobierno de Guillermo Lasso, en noviembre de 2023, se firmaron los contratos de concesión para otros ocho proyectos, siete en el territorio continental y uno en Galápagos.

Sin embargo, la firma de estos contratos es solo el inicio de un largo proceso burocrático que puede tardar más de un año en obtener todos los permisos necesarios de entidades como los ministerios de Ambiente, Energía y Producción. Este proceso es la última etapa de un camino que incluye años de planificación y estudios de factibilidad técnica, ambiental y económica.

Ante la urgencia por los apagones y la creciente demanda de electricidad, la Administración de Daniel Noboa ha tomado medidas para acortar los plazos. El presidente entregó licencias ambientales a cuatro de los proyectos concesionados por Lasso, lo que permitirá su construcción en Imbabura para generar 400 megavatios. Estos serían los primeros proyectos que comenzarían a construirse en el país bajo esta nueva administración.

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Pero otros proyectos importantes, como El Aromo y Villonaco 3, que podrían generar 310 megavatios, aún enfrentan obstáculos debido a la falta de garantías por parte del Estado para asegurar el pago de la energía que producirán. Esto retrasa aún más su ejecución, complicando los esfuerzos para resolver la crisis energética en el país.