Los apagones en Ecuador obligan a los ciudadanos a buscar otras alternativas de generación de energía. Una de ellas es la fotovoltaica, pero ¿es factible instalarla en hogares? ¿Cuánto cuesta y cómo funciona? Te lo contamos.
La crisis energética que ha provocado apagones de hasta 14 horas diarias en Ecuador hace que la gente busque alternativas para mantener la electricidad en sus hogares y negocios. Una de ellas es la energía solar, que va ganando protagonismo.
De hecho, en buscadores como Google, los ecuatorianos buscan frecuentemente dónde comprar paneles solares, kits de energía solar y formas para instalarlos.
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¿Qué tan beneficioso es instalar paneles para generar electricidad en los hogares y negocios?
El uso de paneles solares va en aumento. La empresa Kubiec, encargada de importar y distribuir paneles solares, ha multiplicado cinco veces sus ventas en los últimos cinco años. Rodrigo Viteri, gerente comercial de la firma, indica que en 2024 cerrarán con 5 000 paneles instalados en el sector industrial, residencial y comercial.
Los costos van desde los USD 2 000 para viviendas y hasta dos millones de dólares en sistemas que utilizan grandes empresas. Una vez hecha la inversión inicial, ya no se pagará el costo de la tarifa eléctrica.
Por ejemplo, una casa de clase media en la Costa, que requiere mayor energía por el uso de aire acondicionado, paga una factura promedio USD 263 cada año, según el Ministerio de Energía. Este costo ya no lo pagan si se instala un sistema de energía solar que dura 25 años antes de reparaciones o cambio de componentes.
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¿Qué dificultades existen al usar energía solar?
En el país, la generación de energía proveniente del sol representa el 0,01 %. Casi la totalidad de la electricidad proviene de proyectos hidroeléctricos y de termoeléctricas que utilizan combustibles fósiles.
Este tipo de energía, para que funcione, requiere exposición a la luz solar y aunque pareciera que Ecuador, por su posición geográfica, no tendría dificultades con este recurso, la realidad es otra.
Al ser un país andino y también estar influenciado por la nubosidad de la Amazonía, las nubes tapan el sol y provocan una disminución en la exposición. También hay días de intensa lluvia, con lo que el recurso se limita más.
El segundo problema es técnico. Los sistemas solares pueden generar electricidad, pero no pueden almacenarla. La normativa obliga a que esa electricidad vaya directamente al sistema interconectado de energía. Esto permite que cuando no haya luz del sol, la casa pueda abastecerse de la energía que produce el país, pero también trae problemas. Cuando hay un apagón, las casas que tienen sistemas fotovoltaicos también se quedan a oscuras.
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Para ser autosuficientes y no depender del sistema nacional, se requiere de una batería que eleva el costo de una instalación doméstica de USD 2 000 a USD 15 000, lo que vuelve inviable su uso.
Se suma un problema ambiental. Freddy Ordóñez, investigador del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Escuela Politécnica Nacional, explica que esas baterías están hechas de plomo ácido que son como las baterías de carro. Ninguna empresa en Ecuador puede reciclarlas y se deben enviar a China. El tiempo de vida de estas baterías es de ocho años.
¿Cómo funciona la energía solar?
Los paneles solares están compuestos de silicio. Cuando hay la suficiente energía solar, logra desprender electrones que se encuentran en la última capa.
“En el momento que se desplaza, el sistema toma ese electrón y lo lleva por un cable eléctrico y lo vuelve a depositar en el sitio inicial. Ese movimiento constante es el que produce energía”, explicó Ordóñez.
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