En Guayaquil, el uso de generadores eléctricos provoca un aumento en la demanda de combustible

En el restaurante El Manaba, en Mucho Lote 1, norte de Guayaquil, han tenido que adaptarse a la crisis energética y la falta de luz. Desde hace una semana, han comenzado a utilizar un generador para mantener en funcionamiento cuatro aires acondicionados, un congelador y tres televisores, todos encendidos desde las 08:00 hasta las 18:00. Esta medida se ha vuelto indispensable para poder atender a sus clientes de manera adecuada.

Richard Román, administrador del local, explica que la inversión en el generador fue significativa, alcanzando los 2 000 dólares. Este aparato, que funciona a diésel, tiene una duración de ocho horas y requiere de cuatro galones de combustible para operar. La necesidad de este generador ha llevado a los propietarios del restaurante a visitar la gasolinera todos los días, lo que agrega un nuevo costo a sus operaciones.

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Este fenómeno no es exclusivo de El Manaba. En Guayaquil, cientos de negocios han tomado medidas similares para poder continuar sus actividades en medio de los constantes apagones. Sin embargo, el uso creciente de generadores ha generado un aumento en la demanda de combustibles en la ciudad, lo que plantea preocupaciones sobre el abastecimiento.

Según la Asociación de Distribuidores de Combustibles del Guayas, la venta de las gasolinas Ecopaís y Extras, así como del diésel, han aumentado en un 10 % esta semana en las 200 gasolineras del Puerto Principal. Jorge Espinoza, vicepresidente de la asociación, señala que, por cada estación que vende mil galones al día, alrededor de 100 galones están destinados a alimentar generadores.

A pesar de que el diésel es uno de los combustibles más utilizados, la mayoría de los generadores comerciales opera con gasolina. De hecho, se estima que la relación es de un 60 % de gasolina frente a un 40 % de diésel. Esta preferencia por la gasolina se debe a su disponibilidad y a las características de los generadores más pequeños.

La crisis energética ha llevado a la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleo (Camddepe) a hacer un llamado al Gobierno Nacional. Ivo Rosero, presidente de ese gremio, enfatiza la necesidad de que el Estado tome medidas preventivas para evitar desabastecimientos en el futuro.

En años anteriores, en la Amazonía y en el sur del país han experimentado severas crisis de combustible, lo que pone de relieve la vulnerabilidad del sistema.

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Rosero advierte que el 73 % del diésel que se consume en Ecuador es importado, lo que genera una dependencia del mercado internacional. Ante la gravedad de la crisis actual, es incierto cuándo finalizarán los apagones, lo que hace aún más urgente que las autoridades tomen acción para garantizar un suministro adecuado de carburantes en el país.

La adaptación al uso de generadores podría ser una respuesta momentánea, pero también plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de esta alternativa.