La discriminación persigue a cientos de refugiados que viven en Ecuador

Limitaciones para acceder a créditos financieros, empleo y servicios de salud se denuncian a diario.

 

Andrés Puentes Tamayo camina libre por el sector de Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil. Una acción que parece tan natural, le costaría la vida en Neiva, la ciudad colombiana que lo vio nacer.

 

En el 2001 huyó de la violencia que lo amenazaba y que hasta ahora le prohíbe volver con los suyos. Cuenta que adaptarse, bajo la sombra de la discriminación, no ha sido sencillo.

 

Casos como el de Andrés se atienden a diario en la Defensoría del Pueblo. Su delegada en Guayas María José Fernández explica que son varios los obstáculos que atraviesan refugiados para acceder a cierto servicios.

 

Cuenta que solo en 2013 se abrieron 50 expedientes por discriminación a refugiados.

 

Sin embargo, muchos se dejan llevar por estereotipos creados alrededor de la ficción, como afirma Manuel Do Santos, representante  en Guayas de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

 

El desconocimiento de las leyes, de entidades publicas y privadas es otro causante de la discriminación pues constitucionalmente el carnet de refugiado tiene tanta validez como una cédula de identidad, pero sistemas informáticos de bancos, centros de salud, seguro social no lo reconocen.

 

Este 2014, América Latina y el Caribe tienen como reto mejorar las condiciones de esta población en situación de refugio cuando se cumplen 30 años de la declaración de Cartagena, que Ecuador también firmó.

 

La Defensoría del Pueblo y la Acnur emprenden campañas de sensibilización para garantizar la protección de los derechos de estas personas que buscan iniciar una nueva vida.