Rousseff dijo ser víctima e insistió que no cometió ningún "crimen de responsabilidades".
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró hoy que "quien la juzga" es "corrupto", mientras que contra ella no pesa "ninguna" acusación por haber recibido dinero procedente de corrupción.
"Ellos son acusados, yo no tengo acusación. Lo más extraño es que quien me juzga es corrupto", afirmó Rousseff en alusión a algunos legisladores, durante un acto celebrado en Salvador, capital del estado de Bahía (nordeste).
La presidenta se refirió concretamente al presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, adversario político de Rousseff y quien fue el encargado de aceptar a trámite el juicio político con miras a la destitución de la jefa de Estado.
"Todo el mundo sabe que tiene cuentas en el exterior y que está acusado por el Ministerio Público (Fiscalía)", señaló, mientras que los presentes coreaban "Fora Cunha" (Fuera Cunha).
Rousseff dijo ser víctima de una "gran injusticia" e insistió que no cometió ningún "crimen de responsabilidades" que argumente la apertura de un proceso de destitución en su contra.
Según comprobó el Tribunal de Cuentas, el Gobierno atrasó en 2014 y 2015 el envío de recursos a los estatales Banco do Brasil, Caixa Económica Federal y Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), cantidades que supuestamente fueron utilizadas para pagar programas sociales en un año electoral.
En la práctica, según el tribunal, esas instituciones realizaron préstamos al Estado, lo que está prohibido por la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF) y, según la oposición, constituye un "crimen de responsabilidades", una de los delitos contemplados en la Constitución para la apertura de un juicio político.
La presidenta aseguró que está siendo acusada por practicar unas "maniobras" cometidas desde 1994 por todos los Gobiernos que la precedieron y subrayó que eso demuestra que en Brasil "hay dos pesos y dos medidas".
Rousseff volvió a calificar el proceso de "golpe" al considerar que ella nunca cometió un "delito" e instó a sus adversarios a presentarse a unas elecciones si quieren ocupar su "silla".
"Es golpe porque no hay crimen. Yo nunca, nunca recibí dinero de sobornos, yo no tengo cuentas en el exterior, yo no estoy acusada de corrupción", dijo. Y añadió: "ellos me acusan de 'pedalada fiscal' (maquillaje fiscal), pero ¿qué diablos es eso de pedaladas?".
Rousseff entregó hoy en Salvador más de 700 viviendas del programa Minha Casa, Minha Vida (Mi Casa, Mi Vida), una iniciativa gubernamental para ofrecer vivienda a bajo costo a personas de escasos recursos y que es uno de los programas bandera del gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
Sin citar nombres, Rousseff afirmó que "ellos", en alusión al vicepresidente Michel Temer y su eventual Ejecutivo, quieren reducir las partidas destinadas a los programas sociales, la salud y la educación si suben al poder.
Temer, primero en la línea de sucesión, reemplazaría a Rousseff durante 180 días si el Senado decide finalmente que existen méritos jurídicos para iniciar un juicio político con miras a la destitución de la jefa de Estado, reelegida en octubre del 2014.
Si la Cámara alta decide finalmente en el juicio apartar a Rousseff de su cargo, Temer completaría el mandato que vence el 1 de enero de 2019.
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