17 abr 2014 , 10:13

El colombiano que revolucionó la literatura

   

Gabriel García Márquez murió este 17 de abril en México.

Por: Lenin Artieda

Nació en Aracataca, Colombia, un marzo de hace 87 años, un día en que Dios estaba distraído, en que las nueve de la mañana duró hasta entrada la noche, en que hubo ron y llovía. Mira aquí una [Galeria de Fotos de Gabriel García Márquez]

 

Debió llamarse Olegario pero esa mañana nadie se acordó del santoral.

 

Gabriel García Márquez quiso ser abogado pero el periodismo se lo llevó en peso y, sin embargo, a los 19 años ya había publicado su primer cuento en el diario El Heraldo. 

 

Y es que el quería ser periodista para no perder contacto con la realidad pero también ser escritor para contar esas verdades fantásticas, las mismas que le contaba su abuela: de muertos que no se morían sino que se iban volando, de pestes de insomnio y de amnesia, de lluvias de flores, de garbanzos que caían al suelo en forma de estrellas de mar.

 

Decíamos que empezó con los cuentos, y es que ese fue su laboratorio. El lugar de sus experimentos, donde ponía a prueba, en tensión, las historias que luego desarrollaría extensa y prodigiosamente.

 

Los cuentos fueron el piano en que ensayaba.

 

Joven aún se adentró en la narrativa extensa y desde La Hojarasca, su primera novela, se construye el eje de ese camino distinto por el que transitaría luego y del que se apartaría por momentos, pero con el que sus lectores siempre lo terminarán referenciando. Allí es donde nace Macondo, paisaje transversal de su obra, el lugar que lo sugiere todo.

 

Luego vendrían “El Coronel no tiene Quien le Escriba”, “La mala hora”, “Los Funerales de la Mamá Grande”...

 

Era 1967 cuando vio la luz su obra cumbre.”Cien Años de Soledad”. Esta fantástica novela se había escapado de su encierro de 22 años. García Márquez la pensó cuando tenía 17 y la parió en el umbral de los 40.

 

El éxito le llegó de pronto, rápidamente se convirtió en referencia, era ya parte del "boom" y ahora también representante insigne del realismo mágico quizás porque renunció a la intertextualidad, a los discursos ideológicos o intelectuales, mató con atmósferas las cronologías y prefirió dedicarse a la humilde tarea de contar historias con las más sencillas palabras.

 

A García Márquez el mundo lo conoció como Gabo, Si bien su obra es prolífica también fue un escritor lento, se tomó su tiempo en construir relatos "quizás porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra".

 

Uno de los aspectos más polémicos de su vida fue la amistad que mantuvo con el líder cubano Fidel Castro. García Márquez siempre dijo que estaban ligados por la literatura, otros dijeron que algo tenía que ver su fascinación por los caudillos.

 

El autor colombiano supo desmarcarse de las letras y fue siempre también un hombre de cine, un adaptador de textos propios y ajenos.

 

“El Otoño del Patriarca”, “El coronel no tiene quien le escriba”, “Crónica de una muerte anunciada”, “El Amor en los Tiempos del Cólera” y también sus memorias, que se suman a sus crónicas y reportajes, son sólo algunos de los títulos con los que enriqueció la literatura no sólo de hispanoamérica sino del mundo todo.

 

Más de 40 millones de libros vendidos en 30 idiomas distintos hacen de Gabriel García Márquez uno de los escritores más leídos del planeta.

 

Y ahora no está. Se fue sin pedir permisos, si decirle nada a nadie. Cuentan que esa peste de la amnesia que relató en su obra lo había alcanzado hace algún tiempo quizá en un ejercicio de venganza. 

 

La misma vendetta que el le cobró a la vida -llenándose de letras- por la ironía de darle un padre telegrafista.

 

Se ha ido el escritor de América, el contador de maravillas, la voz nostálgica de su fantasía cierta.

 

El maestro dijo una vez que si no hubiera sido escritor habría querido ser el pianista que vio alguna vez en Zurich el hombre que tocaba, sin que nadie le viera la cara, solo para que los enamorados se quisieran más.

 

Y es que él fue seguidor, fiel creyente, de ese apotegma que define como única prueba concreta de la existencia del hombre, a la poesía.

 

Hoy nos llegó la noticia de que Gabriel García Márquez se ha muerto razón tenía la viuda de Montiel: el mundo está mal hecho.

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