4 costumbres de países latinoamericanos que quizás no conoces... (y una de Japón)
La licencia de conducir sin examen y para siempre en México es una de las extrañas de la lista.
Si te has hecho esa pregunta sobre algo que das por natural, que hace todo el mundo, que se ha hecho igual toda la vida, que nadie cuestiona, podrías estar, sin saberlo, ante una buena historia.
Este año en BBC Mundo tropezamos con varias de ese tipo. Aquí recogemos algunas de las mejores.
¿Conoces alguna más?
1. Por qué no corren los chilenos cuando hay un terremoto
El primero de abril, un terremoto de 8,3 en la escala de Richter azotó el norte de Chile, dejando siete víctimas mortales y cientos de heridos.
La prensa internacional descendió sobre el país, con amplia experiencia en materia de movimientos telúricos. Pero las imágenes de evacuaciones tranquilas en lugares como Antofagasta sorprendieron a algunos.
Los chilenos están acostumbrados a los movimientos telúricos. El terremoto de Valdivia de 1960 (en la foto) tuvo una magnitud récord, de 9,6 en la escala de Richter.
"Desde niños nos hacemos a la idea de que los temblores serán una constante en nuestras vidas. Es inevitable. Antes o después, el suelo se moverá bajo nuestros pies", decía en un artículo la editora de BBC Mundo, Carolina Robino, de origen chileno, intentando explicar la cuestión.
Por eso, añadía, en la casa y en la escuela aprenden desde niños a mantener la calma y evacuar en orden.
"Pero también porque algo muy primitivo, incluso atávico, se produce cuando la Tierra empieza a temblar y uno sabe que no hay adónde huir, porque el suelo por el que correríamos también se está moviendo", cerraba la nota.
2. México: la licencia de conducir sin examen y para siempre
A diferencia de Chile, nos tropezamos con "la increíble historia del carné permanente de conducir en México" sin ningún motivo en particular, cuando uno de nuestros compañeros no mexicano notó la cuestión en un viaje a ese país.
En México miles están al volante sin haber acreditado que son capaces de conducir...
Millones de personas en México (cuatro millones de ellas sólo en el Distrito Federal) son portadoras de un carnet de conducir que dura toda la vida. Lo que quizás podría considerarse aceptable, si no fuera porque, como nos contaba el corresponsal de BBC Mundo en la capital mexicana, Alberto Nájar, "muchos de quienes cuenta licencia la obtuvieron… sin haber conducido jamás un automóvil".
Sucede que allí basta con mostrar un par de documentos y pagar por los derechos administrativos.
En julio pasado las autoridades informaron que "a partir de este año" se implementaría el requisito del examen para obtener la primera licencia de conducir. Pero hasta no hay información que indique que se materializó.
Lo que deja a México como uno de los pocos países del mundo, si no el único, en el que uno puede salir sobre ruedas de la oficina correspondiente sin demostrar que uno sabe manejar un auto.
3. Las muchas fichas del dominó cubano
La historia del "doble 9" cubano, una modalidad de dominó popular en la isla caribeña, nos llegó cortesía de la oficina de BBC Mundo en Miami, que lo vio jugar en el Parque del Dominó de La Pequeña Habana en esa ciudad.
"El doble seis es una ciencia y el doble nueve es un arte".
"A diferencia del dominó tradicional -doble seis-, que se juega con 28 fichas, en esta modalidad se utilizan 55 fichas (30 pares y 25 impares) cuyos valores van desde el blanco cero hasta el doble nueve y que en total suman 459 puntos", explicaba nuestra nota de agosto pasado.
En cada "mano" participan 40 fichas. Las 15 restantes permanecen "dormidas" en la mesa, ocultas a todos.
No saber el valor de estas hace más difícil adivinar el juego de los demás.
"El doble seis es una ciencia y el doble nueve es un arte", le decía a BBC Mundo el dominosero cubano Ernesto Antón, vicepresidente de la Federación Nacional de Dominó de Estados Unidos (Domino USA).
¿De dónde salió esta modalidad? ¿Cómo se hizo tan popular? No está claro.
Pero saber la respuesta no le quita el sueño a los dominoseros que en Cuba y en Miami se aplican con pasión.
4. Café en Buenos Aires: ¿patrimonio de la Humanidad?
"¿Tomamos un cafecito?", es la frase que antecede muchos encuentros sociales en Buenos Aires, nos contaba la corresponsal de BBC Mundo en esa ciudad, Verónica Smink.
Y también en buena parte del resto del mundo, le contestamos en la redacción de Londres, cuando nos propuso escribir una nota sobre el tema en marzo pasado.
Algo típicamente porteño...
Pero ella se refería en concreto a la iniciativa del gobierno de la ciudad para que la Unesco reconociera "una costumbre muy única de (Buenos Aires) ir a un bar y pasar horas charlando, sin que nadie nos moleste" como Patrimonio intangible de la Humanidad, según le decía una portavoz oficial.
"Es algo típicamente porteño (...) Cualquier cosa se arregla con un café, se liman asperezas, te ponés de novio, te chamuyás (conquistas) una mina (mujer), te arreglás con un amigo", abundaba Javier, un empresario consultado en un café. "El café se toma en todos lados, pero no como acá", argumentaba el ejecutivo Eduardo Marinelli.
Pero no todos quedaron convencidos.
En particular, la Unesco. Que en su reunión de noviembre declinó la propuesta.
5. Las playas vacías en Japón con un solazo
Esta es la importada de nuestra lista. La "descubrió" el corresponsal de la BBC en Japón, Michael Fitzpatrick, un radiante mes de septiembre, el termómetro a unos 25 grados.
El corresponsal de la BBC se quedó con las ganas de darse un chapuzón en septiembre.
Las playas habían estado casi vacías en verano, por culpa de un frío inusual. Así que Fizpatrick -quien se describe a sí mismo como "acostumbrado a la piel en un tono de azul por la falta de sol"- esperaba darse unos chapuzones.
Pero se quedó con las ganas.
"Encontrar a un japonés en la playa desde el 1 de septiembre es casi tan raro como comer sushi con mantequilla", escribía.
¿Por qué estaban vacías las playas con semejante calor? Por una combinación de respeto absoluto por la ley (que ordena cerrar playas y piscinas a partir de esa fecha), una fuerte cohesión social y las supersticiones, tres elementos que se refuerzan uno al otro.
Y quizás con buena razón, se lamentaba el corresponsal.
"La última vez que intenté bañarme en el mar (en la época incorrecta) inmediatamente me picó una medusa".
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